Roma, 20 mar (EFE).- Hace un mes que Mattia, de 38 años y deportista, ingresaba en el hospital de Codogno, en el norte de Italia, con una grave neumonía. Fue el primer caso de coronavirus, el llamado “paciente uno”, sin nexo con China y que destapó que el contagio estaba ya extendido en el país.
Ahora Mattia, cansado, mucho más delgado, pero totalmente recuperado, será dado de alta y no se perderá el nacimiento de su hija.
Una buena noticia en un momento en el que, justo un mes después de ese día, Italia contabiliza más de 4.000 muertos y 47.000 contagiados y los hospitales están al borde del colapso.
Su caso fue descubierto gracias a la intuición de la doctora Annalisa Malara del hospital de Codogno, quien al ver que el paciente, joven y sano, no mejoraba y cada vez estaba peor, pidió autorización para realizar la prueba del coronavirus, que hasta entonces sólo se había hecho con los evacuados de Wuhan (China) o con dos turistas chinos que se sintieron mal en Roma.
Mattia explicó que había comido con un amigo que acaba de volver de China y esto desató las alarmas, pero resultó que aquel jamás estuvo contagiado.
Nunca se ha establecido cómo pudo contraer el virus.
Fue entonces cuando Italia empezó a creer que el coronavirus podía estar ya en el país y atacar sin piedad a una persona joven.
Su esposa, embarazada, también dio positivo y se temió lo peor, pero salió del hospital recuperada después de algunos días y ahora está en la 37 semana de gestación.
Enseguida se empezaron a hacer pruebas y llegaron los primeros casos de contagio en las regiones de Lombardía y Véneto (norte del país), un total de dieciséis, y se produjo la primera víctima mortal en Italia: un hombre de 78 años de Véneto.
El 22 de febrero, los contagios ascendían ya a sesenta en Lombardia, Véneto, Emilia Romaña y Piamonte.
El virus se extendía por el norte y se creó la “zona roja” para impedir entrar o salir de once municipios: los lombardos Codogno, Casalpusterlengo, Castiglione d’Adda, Maleo, Fombio, Bertonico, Castelgerundo, Somaglia e San Fiorano y Terranova dei Passerini, y el véneto Vò Euganeo.
Ahora toda Italia sufre limitaciones de movimiento y se han cerrado todas las actividades comerciales, excepto en supermercados, farmacias y otros establecimientos considerados esenciales.
En la noche del 21 al 22 de febrero, Mattia tuvo que ser trasladado en condiciones gravísimas al hospital San Matteo en Pavía, donde ha estado en tratamiento durante el último mes.
El diario “Corriere della Sera” explica que a Mattia -corredor de maratón, jugador de fútbol, voluntario de la Cruz Roja, investigador de la sociedad Unilever- no le contaron que es “el paciente uno” y que su curación va a ser una señal para todo el país de que el virus puede ser derrotado.
Espera el alta desde el segundo piso del nuevo pabellón de enfermedades infecciosas donde se encuentra después de pasar tres semanas en la unidad de cuidados intensivos al poder respirar de manera autónoma.
Ha sido tratado con un cóctel experimental de fármacos, antibióticos, antivirales y anti-VIH, que son los que hasta ahora han dado mejores resultados.
Ahora Mattia comparte la habitación del hospital con un reanimador que enfermó tras ayudar a personas como él y espera que la semana que viene le den el alta para no perderse el nacimiento de su hija. EFE
Fuente: Contacto hoy