San José, 23 abr (EFE).- El autoabastecimiento de dispositivos de protección para el personal de salud, así como para el diagnóstico y tratamiento de pacientes con COVID-19, es una de las estrategias que está utilizando Costa Rica para hacer frente a la pandemia con el apoyo de la academia y empresas privadas.
“En un momento en el cual a nivel mundial hay una escasez y casi una guerra por este tipo de instrumentos, que en el país haya capacidad instalada, capacidad de producción y sobre todo un recurso humano para promover este tipo de iniciativas, es fundamental”, declaró a Efe el decano de la Facultad de Ingeniería de estatal Universidad de Costa Rica (UCR), Orlando Arrieta.
Esta facultad está desarrollando protectores faciales para los trabajadores de la salud, así como un prototipo de respirador artificial para el tratamiento de pacientes cuyo estado de salud se complique debido al coronavirus.
PROTECTORES FACIALES Y RESPIRADORES
Lo que empezó como un proyecto para elaborar una mascarilla N-95 de alta protección, terminó en el desarrollo mediante impresoras 3D de una máscara facial de bajo costo que protege la boca, la nariz y los ojos de los trabajadores de la salud y que tras un proceso de desinfección puede ser reutilizada.
Hasta el momento la UCR ha entregado 1.500 de estos dispositivos a la Caja Costarricense del Seguro Social, a la Cruz Roja y a la Policía.
Arrieta explicó que las impresoras 3D con las que cuenta la UCR no son de uso industrial y además son pocas, por lo que la empresa privada ha entrado a jugar un papel importante, ya que los interesados en fabricar por su cuenta piezas de los protectores faciales pueden pedir el diseño y hacerlas.
Otro proyecto es el desarrollo de un respirador artificial que, una vez tenga sus sensores calibrados y probado, el objetivo es que sea desarrollado por empresas privadas para apoyar la atención de la emergencia.
“Se sabe que habrá una necesidad de respiradores y en una alianza con empresas privadas se ha trabajado en un diseño. Esto se ha hecho con empresas que se permitan la producción”, comentó Arrieta.
HISOPO, EL PEQUEÑO DISPOSITIVO DE GRAN IMPORTANCIA
Otro proyecto de la UCR es la confección de hisopos nasofaringeos, que son los dispositivos que se utilizan para recolectar las muestras de la gente para las pruebas de COVID-19 y que se prevé comenzarán a escasear pronto en los mercados.
El decano de la Facultad de Microbiología, Norman Rojas, explicó que en una pandemia “surgen necesidades de autoabastecerse” y que los hisopos son una pieza, pequeña, pero fundamental en el combate a la pandemia.
“Los ingenieros muy científicamente diseñaron varios tipos de hisopos y estamos haciendo el análisis de sus características de resistencia flexibilidad y de la capacidad de adherencia del material que se recolecta de cada persona para su estudio”, comentó Rojas.
En esta iniciativa participan dos laboratorios dentales privados, que han aportado sus máquinas de resina para confeccionar los primeros 300 hisopos a los que se les harán pruebas de adhesividad microbiológica y calidades mecánicas.
El proyecto también incluye la fabricación de las recipientes en donde se almacenan los hisopos para su transporte.
EL ANSIADO MEDICAMENTO CONTRA EL COVID-19
El otro gran proyecto de la academia costarricense es el desarrollo de un medicamento para el tratamiento del COVID-19 a base de plasma de pacientes recuperados.
Esta iniciativa está a cargo de la Caja Costarricense del Seguro Social y del Instituto Clodomiro Picado de la UCR, que aplicará un proceso similar al que efectúa para el desarrollo de sueros antiofídicos que exporta a diversas partes del mundo para el tratamiento de mordeduras de serpientes.
Si una persona se recupera satisfactoriamente de COVID-19, su organismo genera una inmunidad (resistencia) que puede ser extraída del plasma de su sangre y ser usada para salvar la vida a otras personas con cuadros agudos.
El Instituto Clodomiro Picado empleará su capacidad técnica y la experiencia de su recurso humano para efectuar los procesamientos requeridos para la purificación y formulación de los anticuerpos.
Las autoridades están aprobando los protocolos necesarios y se espera que en los próximos días los científicos comiencen a desarrollar el medicamento.
Hasta el momento Costa Rica no ha sido golpeado con fuerza por el virus, pues acumula casi 700 casos y seis muertes, pero las autoridades mantienen vigentes medidas restrictivas y preventivas e insisten a la población que se quede en casa lo máximo posible. EFE
Fuente: Contacto hoy