Santa Cruz (Bolivia), 15 jun (EFE).- El dolor por compañeros fallecidos y la pena por los contagiados de COVID-19 no desalienta a la Policía Boliviana, expuesta en las calles ante una población que no toda cumple la cuarentena.
La crisis del coronavirus es lo peor en los 20 años de servicio del sargento Mario Mendoza, confiesa a Efe este oficial de la división de Tránsito de la Policía Boliviana en Santa Cruz, la mayor ciudad de Bolivia.
Alrededor de una decena de compañeros fallecieron por esta enfermedad desde que en marzo se detectaron los primeros casos en el país, mientras que más de dos centenares se contagiaron, según datos oficiales.
Puede parecer que ese número no es alto, entre los cerca de 40.000 integrantes de la institución policial, pero junto a los militares los miembros de la Policía Boliviana se sienten entre los más expuestos por su labor diaria en las calles.
“La institución está siendo muy afectada”, relata el oficial, que ruega a Dios que no haya más víctimas “ni más pena” en la Policía Boliviana.
“Todo el mundo se siente temeroso ante esta pandemia”, subraya Mendoza, pero no todos en el país respetan la cuarentena.
La labor diaria de policías y militares encuentra gente en la calle en días y horas que deberían permanecen en casa, al igual que autos que circulan sin los permisos necesarios por la cuarentena, pese a los llamados de los mandos policiales, muchas veces emocionados antes las cámaras.
“Lo más doloroso, lo más triste, ver a los camaradas fallecidos, enfermos en el hospital”, sentencia el sargento durante su trabajo en una avenida de Santa Cruz, una ciudad de más de millón y medio de habitantes que es la más golpeada por la pandemia en Bolivia.
El país está en estado de emergencia sanitaria desde finales de marzo, con 611 fallecidos y 18.458 casos de la enfermedad, más de la mitad en la región de Santa Cruz, de acuerdo al último reporte oficial. EFE
Fuente: Contacto hoy