Moscú. Con la mirada puesta en las urnas el domingo siguiente, el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, jugó este martes la carta de defensor a capa y espada de la soberanía de su país frente a “amenazas externas”, a buen entendedor Rusia, su poderoso vecino, en un último intento de sumar votos para hacer más creíble su sexta reelección, posibilidad que de ser cierta su única rival, Svetlana Tijanovskaya, de antemano atribuye a un fraude.
Lukashenko, quien gobierna Bielorrusia desde 1994, dirigió un mensaje a la nación para explicar que la reciente y peliculesca detención de 33 ciudadanos rusos –identificados como mercenarios del llamado “grupo de Wagner”, unidad paramilitar dependiente del GRU ruso (inteligencia militar)–, se inscribe en un operativo de los servicios de seguridad para neutralizar su misión que era “mantenerse a la expectativa y estar listos para provocar, de recibir la orden, una masacre en el centro de Minsk”.
Fuente: La JORNADA