Washington, 20 ago (EFE).- La política migratoria será uno de los caballos de batalla del exvicepresidente Joe Biden en la contienda electoral contra el presidente de EE.UU., Donald Trump, y ha prometido que de llegar a la Casa Blanca se encargará de deshacer el “daño” causado por esta Administración.
De la promesa de levantar un muro en la frontera Trump ha pasado a cambiar el rostro de la estrategia migratoria estadounidense con un entramado de polémicas decisiones que han golpeado aspectos fundamentales como el asilo o el programa DACA, que evita la deportación de los jóvenes indocumentados conocidos como “soñadores”.
¿QUÉ PROPONE BIDEN?
El plan “Batalla por la nación”, como Biden ha bautizado su conjunto de propuestas para llegar a la Presidencia, incluye un apartado dedicado a asegurar los valores de EE.UU. “como nación de inmigrantes”.
“Trump ha emprendido un asalto implacable a nuestros valores y nuestra historia como nación de inmigrantes”, critica el exvicepresidente demócrata, que hoy acepta la candidatura presidencial de su partido.
CAMBIOS EN LOS PRIMEROS 100 DÍAS
Biden, quien fue el segundo a bordo del Gobierno de Barack Obama (2009-2017), asegura que en sus primeros 100 días frenará una serie de decisiones vigentes:
Estos son algunos de los puntos más destacados:
– Acabar con la separación de las familias. Biden promete dar marcha atrás al enjuiciamiento de inmigrantes por infracciones menores, poner fin a las redadas en los sitios de trabajo y en ubicaciones “sensibles” como hospitales, escuelas o lugares de culto, y dirigir los esfuerzos de las autoridades “hacia las amenazas a la seguridad pública y la seguridad nacional”.
– Detener las políticas de asilo de Trump. “La Administración de Trump ha trabajado en contra de esta tradición”, lamenta el candidato demócrata, al enumerar entre las decisiones de esta Administración las restricciones a quienes viajen por México y Guatemala, la intención de evitar que las víctimas de violencia doméstica y pandillas reciban asilo y el limitar esta protección para integrantes de la comunidad LGTB.
– Terminar con la detención prolongada. Frente a la detención de niños por “tiempo indefinido”, Biden apoya opciones alternativas a la privación de la libertad y respalda programas de acompañamiento de migrantes liderados por organizaciones sin fines de lucro.
– Revertir la “carga pública”. Esta norma permite denegar visados o permisos de residencia a migrantes ante la posibilidad de que requieran recurrir a programas oficiales de ayuda. “Socava el carácter de EE.UU. como tierra de oportunidades y acogida para todos, no solo para los ricos”, critica Biden.
– Restablecer el programa para los “soñadores”. Ante la que considera “cruel y contraproducente” decisión de Trump de terminar con el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), que es motivo de una batalla judicial que ha llegado al Supremo, Biden promete su restablecimiento y medidas adicionales para proteger a las familias de los llamados “soñadores”.
– Rescindir prohibiciones de viaje. Desde su llegada al poder, Trump ha anunciado vetos migratorios. El primero de ellos, justo después de su toma de posesión, contra siete países de mayoría musulmana (Irán, Irak, Libia, Siria, Somalia, Sudán y el Yemen), y más recientemente, en enero pasado, a ciudadanos de Nigeria, Eritrea, Birmania y Kirguistán, mientras que excluyó a Sudán y Tanzania del programa de visados de diversidad.
UN APARATO NUEVO
A cambio, Biden promete:
Modernizar el sistema de inmigración de modo que abarque no solo a los latinos sino a 1,7 millones de inmigrantes indocumentados de Asia, así como “cientos de miles de Europa, Oriente Medio, África y el Caribe”.
Una hoja de ruta para casi 11 millones de inmigrantes indocumentados.
Cambios en el sistema de visas temporales para personas altamente cualificadas.
Facilitar la legalización de la situación de trabajadores agrícolas.
Conservar el sistema de lotería de visas de diversidad.
Crear una categoría de visas otorgadas a solicitud de los consejos municipales, los condados o ciudades.
Poner fin a los centros de detención privados y con fines de lucro.
Restablecer el límite anual de admisión de refugiados a 125.000 desde los 18.000 actuales.
Abordar la migración junto a los gobiernos de Canadá, El Salvador, Guatemala, Honduras y México, entre otros.
¿QUÉ DICEN LOS EXPERTOS?
En una columna en el diario The Washington Post, el escritor y catedrático Paul Waldman consideró en mayo pasado que de ganar Biden sería posible una reforma migratoria si va acompañada de un control demócrata de la Cámara de Representantes e incluso del Senado, dado el “fracaso” de Trump en materia de inmigración.
“Trump puede arrancar a los niños de los brazos de sus padres y cerrar las puertas de Estados Unidos a los refugiados y solicitantes de asilo, pero no puede hacer que EE.UU. vuelva a ser blanco”, apuntó.
Sin embargo, Nolan Rappaport, en otra columna aparecida en The Hill, detectó “serios problemas” de la propuesta de Biden, entre ellos la intención del candidato demócrata de revivir DACA sin incluir cambios en los beneficios del programa, al señalar que los “soñadores”, como tal, no cumplen los requisitos para ser considerados un “extranjero calificado” que pueda aspirar a un beneficio público federal.
“Cuando Obama estaba en campaña , dijo: ‘Puedo garantizar que tendremos, en el primer año, un proyecto de ley (de reforma migratoria) que apoyo firmemente’. ¿Será diferente esta vez si Biden es elegido y los demócratas recuperan el control del Congreso?”, se preguntó Rappaport. EFE
Fuente: Contacto hoy