Minsk, 26 ago (EFE).- La bielorrusa Svetlana Alexiévich, premio Nobel de Literatura en 2015, negó hoy que la oposición pretenda tomar el poder por la fuerza y pidió la mediación internacional, incluida la de Rusia, para que el presidente, Alexandr Lukashenko, dialogue con su pueblo.
«Nuestro objetivo es ayudar a superar la crisis política y no organizar un golpe de Estado. Es un error pensar que tras las protestas hay 60 personas», dijo Alexiévich a la prensa antes de entrar a declarar ante el Comité de Instrucción en Minsk.
Alexiévich, enemiga acérrima de Lukashenko, fue citada como testigo en el caso penal abierto contra el consejo coordinador opositor para el traspaso de poder, del que ella es uno de sus miembros más destacados.
“Cada uno de nosotros está a día de hoy orgulloso de su pueblo. Debemos hablar y discutir, reconocer que somos diferentes, pero buscar vías pacíficas de solución de la crisis a través del diálogo”, subrayó.
La literata, de 72 años, fue recibida a la puerta del edificio judicial por medio centenar de personas, entre reporteros y partidarios de la oposición, que le dedicaron aplausos.
Antes de declarar, una sonriente Alexiévich insistió en que no se consideraba culpable de nada.
“Si nos siguen dividiendo así, nos veremos abocados a una guerra civil”, señaló la Nobel, que llegó acompañada de otros dos dirigentes del consejo opositor, María Kolésnikova y el antiguo ministro de Cultura, Pável Latushko.
Alexiévich, uno de los siete miembros del presidium del consejo opositor, admitió que Bielorrusia necesita de una mediación internacional.
“Necesitamos la ayuda del mundo y, puede ser, que de Rusia, para superar la crisis. Puede ser que el mundo nos ayude para que Lukashenko comience a hablar con nosotros. Es necesario que empiece a hablar con el pueblo”, señaló.
Y agregó: “La ayuda del mundo es muy importante para nosotros, pero no lo lograremos sin (el presidente ruso, Vladímir) Putin Ahora (Lukashenko) habla sólo con Putin, pero, puede ser, que Putin nos ayude”.
Al salir del edificio, la escritora reconoció que había ejercido su derecho a no declarar y también se negó a firmar un documento en el que se comprometía a no divulgar el contenido de su declaración.
“No considero que estemos haciendo algo ilegal”, subrayó.
Alexiévich, autora de libros como “Voces de Chernóbil” o “Los muchachos de zink”, escritos todos en ruso, no acostumbra a meterse en política, pero apoyó desde un principio las protestas antigubernamentales que estallaron tras las elecciones presidenciales del 9 de agosto.EFE
Fuente: Contacto hoy