Trípoli, 1 sep (EFE).- El alto representante de Política Exterior y Seguridad de la Unión Europea, Josep Borrell, hizo hoy una visita oficial a Trípoli, donde analizó con el Gobierno de Acuerdo Nacional sostenido por la ONU (GNA) la guerra civil que desde 2015 ensangrienta el país.
Nada más aterrizar en la capital, el jefe de la diplomacia europea se reunió con el líder del GNA, Fayez al Serraj, con el que discutió la propuesta de alto el fuego ofrecida el pasado 21 de agosto tanto por el propio gobierno en Trípoli como por el presidente del Parlamento no reconocido en el este del país, Aquila Saleh.
La propuesta, negociada a través de Rusia y Turquía y presentada por ambas partes al mismo tiempo pero de forma separada, no ha sido respaldada aún por el mariscal Jalifa Hafter, tutor del Ejecutivo no reconocido en el este y hombre fuerte del país.
La semana pasada, su portavoz militar, coronel Ahmad al Mismari, aseguró que se trata de una “maniobra de márketing” e insistió en que las tropas del este prosiguen sus planes “sin cambios” en el golfo de Sirte, corazón de la industria petrolera liba y actual frente de batalla.
El domingo, el GNA denunció la llegada a la zona de nuevos grupos de mercenarios sudaneses, rusos y sirios enviados a través de Rusia, principal aliado de Hafter junto a Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Jordania, Sudán y en menor medida Francia.
PRIORIDAD EUROPEA
En este contexto, Borrell aseguró hoy en Trípoli que la estabilidad de Libia es una “prioridad máxima para la Unión Europea” y que Bruselas apoya el diálogo que permita llegar a una solución en los términos planteados por la Conferencia de Berlín celebrada en enero de este año.
En este sentido, el representante europeo, cuya llegada a la capital coincidió con el primer atentado suicida en meses, subrayó la necesidad de apuntalar primero la citada propuesta de alto el fuego, tercera que se propone en los últimos cinco meses.
El político español insistió, a este respecto en la necesidad de mantener el embargo de armas que pesa sobre el país desde la revolución que en 2011 acabó con la dictadura de Muamar al Gadafi, y que en la actualidad trata de hacer efectiva la operación militar naval de la UE en aguas del Mediterráneo central, llamada “Irene”.
Pero dejó abierta la posibilidad de levantar las sanciones a la exportación y venta de petróleo libio, ahora bajo el control de las milicias de Hafter, tanto en el golfo de Sirte, corazón de la industria energética libia, como en el oeste del país.
“Libia es todavía una de las prioridades de la UE. Aplaudimos el actual entendimiento para un alto el fuego, y nos mantenemos en nuestro apoyo a un diálogo y una solución que lideren los libios”, subrayó Borrell a través de su perfil en redes sociales.
“Hemos discutido vías para hacer avanzar el proceso político, como volver a las conversaciones en el marco del comité militar del Grupo 5+5 y el fin del bloqueo petrolero. La UE apoya el proceso de Berlín, los esfuerzos de mediación y las medidas de desescalada, incluido el embargo de armas, un elemento clave para poder poner fin al conflicto”, resumió.
Borrell no aludió, sin embargo, a la necesidad de desarmar las milicias -esencial según los expertos- ni al pulso por el poder en Trípoli que mantiene Al Serraj con el exministro de Interior, Fathi Bashagha, cesado la semana pasada tras haber liderado la resistencia contra el asedio que en abril de 2019 Hafter levantó a Trípoli.
LA LUCHA POR EL PETRÓLEO
Tras la conversación con Al Serraj, Borrell se reunió con el presidente de la Compañía Nacional libia de Petróleo (NOC), Mustafa Sanallah, que el domingo denunció la entrada de milicias afines al mariscal Hafter en el yacimiento petrolero de Al Sharara, el más importante del país.
La milicia se hizo cargo de las instalaciones y ordenó por un supuesto contagio de coronavirus la salida de todo el personal de la multinacional Akakus, integrada por la NOC, la petrolera noruega Equinor, la austríaca OMV y la española Repsol.
“Es necesario dialogar para garantizar que la producción de petroleo se pueda recuperar, tanto para el beneficio de los libios como para la prosperidad del país”, afirmó Borrell en la sede de la NOC, teóricamente independiente pero vinculada al GNA.
Libia producía más de 1.8 millones de barriles diarios de petróleo antes de la revolución de 2011, y en la actualidad apenas llega a 100.000 unidades al día. EFE
Fuente: Contacto hoy