Ciudad de México, 1 oct (Sputnik).- La pandemia del nuevo coronavirus ha puesto en evidencia la urgencia de aumentar recursos para ciencia y tecnología en México, que permitan desarrollar investigaciones propias: la austeridad se aplicará al ejecutar un recorte de fondos estatales, que afectará incluso a proyectos relacionados con la contingencia sanitaria.
El contraste es evidente: mientras cuatro proyectos autóctonos mexicanos para buscar una vacuna contra el coronavirus quedaron por fuera de una iniciativa para lograr financiación externa, el Gobierno anunció el miércoles que empezará a desembolsar esta semana millonarias cuotas de adelanto para obtener acceso rápido a las vacunas de otros países.
Se estima que México deberá pagar al menos 100 millones de dólares para obtener vacunas suficientes para iniciar una primera etapa de inmunización en 2021.
“Esta semana vamos a dar los primeros adelantos para adquirir las vacunas”, anunció ante el Congreso el secretario de Hacienda y Crédito Público, Arturo Herrera.
Al mismo tiempo, entidades públicas y privadas relacionadas con la investigación y la ciencia alertaban sobre el desastre que significa una iniciativa oficial que elimina los fideicomisos de ciencia y cultura de 60.000 millones de pesos (2.710 millones de dólares).
La Academia Mexicana de Ciencias advirtió en un comunicado que “la eliminación de los fideicomisos aunada a la baja inversión en ciencia y cultura, condenaría a México a un pobre desarrollo económico y social”.
INMUNIDAD EN RIESGO
Mientras el ministro Herrera hacía el anuncio en el Congreso, a unos pocos kilómetros de la sede legislativa, la doctora Laura Palomares, del Instituto de Biotecnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), continúa las tareas de desarrollar una vacuna local, en medio de la incertidumbre.
“No tenemos nada de certeza en cuanto al financiamiento”, señaló a Sputnik la científica, que trabaja en una investigación que inicialmente buscaba una prevención contra infecciones como el zika y el dengue.
Esas pesquisas fueron reorientadas en los últimos meses hacia la emergencia por el covid-19.
El proyecto de ese instituto recibió un fondo de 270.000 pesos (unos 12.000 dólares), para apoyar la continuidad de sus investigaciones que originalmente eran para atacar el zika y el dengue.
A esos recursos se suma los de un fondo que han construido en los últimos años los participantes del proyecto, que proviene de sobrantes de proyectos anteriores, becas y premios ganados por sus investigaciones, explica la especialista.
El de este laboratorio es una de las cuatro iniciativas en México de vacunas contra el coronavirus, todas aún se encuentran en la fase preclínica, que es la anterior a la de inicio de pruebas en animales.
DESPROTEGIDAS
Gracias un reciente acuerdo entre la Unión Europea y la Agencia Mexicana para la Cooperación Internacional para el Desarrollo, esos cuatro proyectos recibirán un apoyo de 115 millones de pesos (cinco millones de dólares).
Trabajar con las propias uñas es algo a lo que están acostumbrados los científicos mexicanos.
México destina al gasto en ciencia y tecnología mucho menos de lo que ordena su legislación.
Para el próximo año el proyecto de presupuesto de la Federación destina 102.720 millones de pesos, una cifra que aunque contempla un aumento de 4,2 por ciento está muy lejos de llegar al uno por ciento de su Producto Interno Bruto (PIB) que ordena la ley.
Pero incluso si decidiera a última hora no hacer recortes a los fideicomisos específicamente de ciencia, la falta de consistencia en las políticas ya habría causado un daño importante, pues echar a andar los proyectos no es cosa de un día.
“El proceso de comprar equipos, preparar a la gente y todo eso, lleva tiempo”, explica a Sputnik la doctora Cecilia Bañuelos, que integra un grupo de expertos en vacunas convocado por el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinestav) para coordinar las acciones con laboratorios internacionales para tener acceso a las vacunas.
“Por más que tratáramos de responder ahorita, la comunidad científica mexicana no puede enmendar lo que son años de descuido en ciencia y tecnología”, lamenta la investigadora .
México sigue siendo uno de los cinco países del mundo con mayor número de decesos por la pandemia del coronavirus, y es detrás de Brasil, los dos mayores países de la región, la segunda mayor concentración de contagiados en América Latina.
Con más de 77.000 fallecidos y una cantidad de infectados que ronda los 740.000, este país apuesta sobre todo a un mecanismo de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La firma del mecanismo internacional Covax de la OMS abre el acceso al Gobierno de México a nueve proyectos de vacunas contra el nuevo patógeno, que garantiza más de 50 millones de dosis, informó el lunes el canciller Marcelo Ebrard.
El compromiso Covax es cubrir 20 por ciento de la población del país, de más de 126 millones de habitantes, y lo que se firmó equivale 51,6 millones de dosis, aplicadas al menos dos veces. (Sputnik)
Fuente. Contacto hoy