América Latina y el Caribe superaron este martes los 800 mil decesos por Covid-19, mientras la vacunación avanza en el mundo de forma dispar y con dificultades, especialmente con el fármaco de AstraZeneca, del que se confirmó un vínculo con las trombos según un responsable del regulador europeo.
Con un total de 800 mil 99 decesos (y mas de 25.3 millones de contagios), Latinoamérica es la segunda región más enlutada por el coronavirus, detrás de Europa (974 mil 318 muertes), según un recuento el martes de la AFP a partir de fuentes oficiales.
Brasil es de lejos el país más golpeado y, con más de 332 mil fallecidos, sólo Estados Unidos (555 mil) lo supera en el mundo en número de muertos.
En la región, le sigue México con 204 mil 399 muertos, aunque según un estudio de las autoridades sobre exceso de mortalidad en el último año, hasta principios de febrero más de 294 mil personas habrían muerto por Covid-19.
Colombia suma 64 mil 293 decesos y le siguen Argentina con 56 mil 471 muertos y Perú 53 mil 138 (1.590.209).
Estos cinco países representan casi el 89% de los muertos en la región.
A nivel mundial, el coronavirus se ha cobrado más de 2.8 millones de vidas y ha contagiado 131.7 millones.
“Vínculo” con las trombosis
La vacunación, que parece ser la única forma de acabar con esta pandemia, avanza de forma dispar y por una senda llena de obstáculos.
El inmunizante del laboratorio anglosueco AstraZeneca sigue estando en el centro de la polémica, por su posible relación con coágulos sanguíneos graves.
El martes, un responsable de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmó “un vínculo” entre este fármaco y las trombosis registradas entre personas que recibieron esa vacuna.
“Ahora lo podemos decir, está claro que hay un vínculo con la vacuna, que provoca esa reacción. Sin embargo, aún no sabemos por qué (…) En resumen, en las próximas horas vamos a decir que existe un vínculo, pero tenemos aún que entender por qué sucede”, aseguró Marco Cavaleri, responsable de estrategia de las vacunas de EMA, al diario italiano Il Messaggero.
La autoridad europea deberá pronunciarse oficialmente sobre ese tema, adelantó.
Hace unos días, sin embargo, la EMA había insistido en que no había “un vínculo causal con la vacuna” y que “no hay pruebas que avalen restringir el uso de esta vacuna en ninguna población”.
Como precaución, varios países han decidido dejar de administrar esta vacuna a algunas franjas de edad, entre ellos Francia, Alemania y Canadá.
Estos temores aumentan las dificultades en la distribución del codiciado antídoto en el mundo.
Estados Unidos, que la semana pasada anunció que había aplicado una primera dosis a más de 100 millones de personas, prometió el lunes una mayor ayuda internacional en materia de vacunas contra el covid y dijo que no buscará “favores a cambio”, según el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken.
Fuente: La Jornada