Nueva Zelanda, cuya gestión de la pandemia es considerada la mejor del mundo, mantiene sus fronteras internacionales cerradas desde marzo de 2020 y solamente ha abierto dos burbujas de viajes con Australia e Islas Cook, desde abril y mayo pasado, respectivamente.
“El mercado doméstico funciona bien y hay un aumento en las reservas en el Tasman (el mar entre Australia y Nueva Zelanda) y Cook, pero todavía hay un alto grado de incertidumbre”, según un comunicado de la aerolínea a la bolsa de valores neozelandesa, en el que señala que la capacidad actual de los vuelos internacionales es de menos de un 5 por ciento respecto a los niveles pre-pandémicos.
La reapertura de las fronteras internacionales en Nueva Zelanda depende principalmente de la campaña de inmunización en este país, que tras inocular a los trabajadores fronterizos, sanitarios y esenciales, así como a la población vulnerable, comenzará a inmunizar al resto a finales de julio próximo con miras a terminar antes de fin de año.
La aerolínea también señaló en su comunicado que si bien la demanda de los vuelos domésticos, que se encuentran en un 90 por ciento respecto a los niveles pre-pandémicos, así como los de transporte de carga han contribuido a mitigar el impacto negativo de la covid-19 en la empresa, es necesario reducir sus costes.
Una de las medidas adoptadas es la renegociación de la fecha de entrega del primero de ocho aviones Boeing 787 Dreamliners para 2024, en lugar de 2023, indicó la aerolínea que prevé pérdidas netas para el año fiscal de 2021, que culmina el 30 de junio, de unos 450 millones de dólares neozelandeses (315 millones de dólares estadounidenses o 264 millones de euros).
Nueva Zelanda acumula desde que comenzó la pandemia un total de 2.358 contagios de covid-19, que incluyen 356 casos catalogados como probables, y 26 fallecidos, así como a 23 infecciones activas, todas ellas en los centros de cuarentena para viajeros. EFE
Fuente: Contacto hoy