Un enemigo silencioso está matando a los mexicanos con una tasa de mortalidad mucho mayor a la del mismo COVID-19. Se trata del cáncer del pulmón que en el 2020 tuvo una incidencia de 7 mil 811 nuevos casos y 6 mil 733 muertes por este tipo de patología, vale decir más del 80% respecto al número de enfermos.
Una estadística que coloca a esta patología como la más peligrosa dentro de todo el espectro del cáncer en México, que aún sigue como tercera causa de muerte en el país.
La cifra del 80 % marca una diferencia abismal frente a la tasa de letalidad del 8 % del nuevo coronavirus en lo que va de la pandemia en tierras aztecas.
Una de las principales razones sobre el mortífero record es que en la mayoría de ocasiones, esta neoplasia solo se detecta en una etapa avanzada.
De acuerdo a la Secretaría de Salud de México, en el 65 % de los casos el paciente recibe el diagnóstico en el estadio cuatro, que es cuando las células malignas se han diseminado por más de un órgano, reduciendo la esperanza de vida a menos de cinco años en el 20 % de los pacientes. Solo en el 0.6 % de los pacientes, el tumor se detecta a tiempo para iniciar el tratamiento.
Entre las causas principales, sigue al tope de la lista el tabaquismo. De acuerdo a la última Encuesta Nacional de Salud del 2018, en México existen más de 15 millones de fumadores adultos, entre los cuales, cerca de la mitad morirá en los siguientes diez años por razones vinculadas a este vicio.
Sin embargo, para ellos no todo está perdido en vista que las últimas investigaciones demuestran que un 18 % de los fumadores dejaron este hábito al usar cigarrillos electrónicos que regulan la cantidad de nicotina hasta hacer desaparecer la dependencia.
Esta fue una de las conclusiones de un estudio clínico hecho en Reino Unido que halló una efectividad menor del 9 % en el grupo de fumadores a quienes se le sometió a terapia de reemplazo de nicotina con parches, gomas de mascar y pastillas.
En relación a nuevas formas de tratamiento, en Barcelona ya se desarrolla la inmunoterapia que consiste en la aplicación de medicinas para estimular el sistema inmunitario en la lucha contra las células cancerígenas. Esta terapia solo está autorizada en España para pacientes en estadio cuatro.
Pese a estos avances en la ciencia, la desigualdad entre los estados mexicanos agrava el pronóstico de muerte para los pacientes provenientes de Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Yucatán y Veracruz por la ausencia de profesionales médicos y de una estrategia nacional de lucha contra la enfermedad.
De hecho, más del 60% de los oncólogos se concentran en las tres ciudades más ricas del país como son Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
Al respecto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya se ha pronunciado a favor de la creación de un organismo que articule los esfuerzos para prevenir y luchar contra esta enfermedad que cada año se cobra la vida de los ciudadanos más vulnerables del país.
Fuente: Contacto hoy
