En nuestra entidad, existe un grave problema de violencia que afecta a las
mujeres debido a las deficiencias y carencias de los programas que
implemente los gobiernos estatal y municipal, por lo que no se ha hecho
nada para garantizar la seguridad de este sector de la población.
De acuerdo con la estadística de la Incidencia Delictiva Municipal del Fuero
Común del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad
Pública, entre enero y diciembre del año pasado se contabilizaron cinco mil
531 denuncias de violencia familiar.
Sin olvidar que en Durango el 92.20% de los delitos no son denunciados.
Todos estos datos se traducen en carencias y deficiencias por parte de la
Administración Pública Estatal y Municipal, solo por ponerles un ejemplo,
según la evaluación realizada por el INEVAP en el año 2021 revela las
debilidades del programa esmeralda.
Entre ellas, destacó : Carece de mecanismos e instrumentos de coordinación
interinstitucionales formalmente establecidos.
La enorme variedad de situaciones que atiende el programa pone en riesgo
su capacidad para atenderlas con suficiente calidad, eficiencia y eficacia.
La comunicación de las operadoras no está estandarizada ni distingue entre
tipos de atención; y
Los registros sobre la ejecución del presupuesto no permiten conocer el uso
de los recursos financieros del programa, lo que limita la oportunidad de
valorar la economía y eficiencia de la intervención.
El último informe de gobierno correspondiente al ejercicio 2021 reveló que
se han destinado 1200 millones de pesos para atender la alerta de genero
emitida por el gobierno federal en 16 de nuestros 39 municipios.
La realidad de las cosas es que esta administración por lo único que se ha
caracterizado es por simular, por engañar y por anteponer los intereses de
una copula a los de todas y todos los duranguenses. Con estos datos nos
queda claro que no han hecho nada para garantizar la seguridad de las
mujeres duranguenses.
Lo preocupante aquí, es que han acostumbrado a la población duranguense
a tener un gobierno que reacciona ante las situaciones, no a uno que las
previene.
Y es lamentable que a estas alturas de gobierno sigan siendo omisos porque
ha costado la vida de muchas mujeres, en su gran mayoría madres,
hermanas e hijas.
Esta intervención es para exigir de nuestras autoridades la atención que esto
implica, cero impunidades, que no tenga que vivir violencia ninguna mujer
más en nuestra entidad por su negligencia e ineptitud.
Tenemos que pasar del discurso a la práctica, las mujeres debemos tener el
control sobre nuestras propias vidas, condenemos a todos aquellos
agresores que limitan la vida plena de las mujeres;
Hago un atento llamado a la ciudadanía duranguenses a que se sumen, en
caso de tener conocimiento de una situación de violencia contra una mujer,
lo denuncien al 911, o en los Centros de Justicia para las Mujeres”. No
normalicemos la violencia de ningún tipo.