Por Eduardo Serrano
El principal problema del morenismo en Durango, es la soberbia. El descalabro en las urnas, no ha sido suficiente para que el partido de la Cuarta Transformación, se someta a un ejercicio de reflexión y autocrítica serio, en el que todos los involucrados, transparenten los errores que les condujo a la derrota electoral, para que, a partir de ese análisis, se establezcan los lineamientos que eviten que el “canibalismo” que llevan en su ADN, vuelva a cobrarles cara la factura. El Ambiente Político, paradójicamente, les presenta una alternativa viable, de cara a los procesos electorales del 2023 y 2024, puesto que, la situación que se vivió en Durango en las elecciones del pasado 5 de junio, no es el reflejo de todo lo ocurrido en el resto del país, donde la 4T sigue avanzando, mientras que sus adversarios, sortean una fuerte crisis.
La renovación de la dirigencia nacional, las estatales y municipales, les traerán fuertes dolores de parto. En nuestra entidad, la pugna ha sido una constante; los entuertos luego de la elección a la gubernatura, la capital y el municipio de Gómez Palacio -su principal bastión-, agudizaron la ruptura, porque ni siquiera se ha hecho una operación cicatriz, por el contrario, los afines al senador José Ramón Enríquez, han expuesto que el error se debió a la “imposición” de Marina Vitela, al estar la gomezpalatina muy alejada de los primeros lugares en las encuestas, un mecanismo que, a todas luces, solo sirvió para dividirlos más, colocando a Otniel García Navarro, delegado con funciones de presidente, en múltiples señalamientos, que aún no logra -o no quiere- explicar, y él mismo, es uno de los aspirantes a la dirigencia estatal, es decir, de llegar a ganar la elección interna Otniel, esos cuestionamientos, se van a intensificar.
El motor del morenismo, es -o debiera ser- la sucesión presidencial. Para el escenario duranguense y para el norte del país, solo se visualiza a Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Claudia Sheinbaum. Por cierto, Danielo Hernández, la senadora Margarita Valdez y otros actores organizaron un evento de apoyo a Sheinbaum en Durango capital el pasado fin de semana, que resultó tristemente desangelado. En fin, volviendo al tema, hubo varios liderazgos alineados a los presidenciables, que fueron “ninguneados” por parte de la actual dirigencia, como fue el caso de Nacho Aguado, principal operador del Canciller Ebrard, de quien se dice, pudo haber hecho un papel más decoroso en la capital, donde la candidatura se le entregó a Gonzalo Yáñez, otro personaje sumamente cuestionado por el morenismo, luego de la votación obtenida, lo que provocará que en el cabildo capitalino, sea muy complicado que logren hacer un equipo sólido entre regidores morenistas y petistas.
El cambio de la coordinación del grupo Parlamentario de MORENA en el Congreso del Estado, ha sido otro ingrediente más en la división. La llegada de Sandra Amaya, apoyada por sus compañeros legisladores, a excepción del propio ex coordinador Christian Jean Esparza -a quien para variar, también se le ha cuestionado su desempeño-, le permite a la expresidenta de la JUCOPO posicionarse de nuevo e influir en las decisiones del partido, para tratar de encarrilarlos a todos, en ese camino de reflexión y autocrítica, que permitan a MORENA retomar el rumbo, porque, de continuar así, la 4T duranguense, será ejemplo nacional, de todo lo que no debe hacerse.