A las 5:00 de la mañana, suena el despertador de Hortensia Cervantes García, porque para
las 6:20 ya está en el Comedor Comunitario Octavio Paz como jefa de cocina, donde ha
conocido la “satisfacción más grande” de su vida: “que los niños se vayan con alimento en
su estómago, porque hay niños que no tienen que comer.”
Como dice el programa “Nutriendo Almas”, con el que Toño Ochoa abrió este y tres
comedores más en Durango, a Hortensia esto le nutre el espíritu; con lágrimas dice que
“el agradecimiento de un niño no se paga con nada, es una cosa muy bonita.”
Agradecidos, así son las niñas y niños que a diario desayunan y comen en este centro.
“Dicen buenos días, alegres, porque van a recibir un alimento hecho con amor, luego
lavan sus manos y esperan el desayuno con mucho entusiasmo”, relata.
“Dejan el plato limpio”, porque presume que son alimentos deliciosos y variados que
obedecen a un reglamento y menú del DIF Nacional, estos comedores comunitarios tienen
como prioridad el bien superior de la niñez.
Hortensia reconoce que el trabajo de jefa de cocina y cocinera en estos comedores es una
de las labores más importantes que le ha tocado en su vida, estos niños se han convertido
en su familia; “nuestros niños saben que es con mucho amor”.