Río de Janeiro, 17 jul (EFE).- La deforestación en la Amazonía brasileña en el primer semestre del año afectó a 2.544 kilómetros cuadrados de selva, un 24 % más que las talas registradas entre enero y junio de 2019, según un estudio divulgado este viernes.
De acuerdo con el Instituto del Hombre y el Medio Ambiente de la Amazonía (Imazon), se trata de la segunda tasa más alta de devastación registrada en un semestre desde 2010.
Tan solo en junio la mayor selva tropical del planeta perdió 822 kilómetros cuadrados de vegetación nativa.
El estudio destacó nuevamente la amenaza del continuo avance de la deforestación para las reservas ambientales de la Amazonía, que en el sexto mes del año arrasó con cerca de 100 kilómetros cuadrados de estas unidades de conservación, muchas de las cuales son territorios indígenas.
La reserva de Florex Río-Preto Jacundá, ubicada en Roraima, el estado fronterizo con Venezuela, fue la más afectada en junio, con 47 kilómetros cuadrados de área devastada.
Le siguieron las unidades de conservación ambiental Triunfo do Xingu y Flona do Jamanxim, ambas en el amazónico estado de Pará, con 27 y 23 kilómetros cuadrados talados, respectivamente.
Las tierras indígenas más afectadas por la deforestación fueron las de las etnias Apyterewa, Mundurucu y Kayapó, todas también de la región de Pará, que es la más devastada de todas las que componen la Amazonía Brasileña.
Según Imazon, Pará registró el 43 % del total desforestado en la mayor selva del planeta, seguido de Amazonas (21 %), Mato Grosso (14 %), Rondonia (14 %), Acre (7 %) y Roraima (1 %).
El estudio también reveló, que de los más de 800 kilómetros cuadrados devastados en junio, 213 fueron de áreas degradadas, es decir aquellas donde se realizan quemas y extracción selectiva de árboles con el propósito de comercializar madera.
Desde que el ultraderechista Jair Bolsonaro llegó a la Presidencia brasileña, el 1 de enero del 2019, la deforestación en la Amazonía del país se ha disparado.
En 2019 saltó un 85 %, hasta los 9.165 kilómetros cuadrados, su mayor nivel desde 2016, según datos oficiales. Ya el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) señaló que Brasil camina hacia el segundo año consecutivo de aumento de la deforestación en la Amazonía desde que el líder ultraderechista está en el poder.
En las últimas semanas Bolsonaro ha sido presionado por organizaciones ecologistas, grandes empresas brasileñas e inversionistas extranjeros que han manifestado su preocupación por la preservación de la Amazonía, que ya enfrenta una nueva temporada de incendios.
A eso se suman las denuncias sobre multinacionales brasileñas que comercializan carne y soja procedentes de actividades ilegales relacionadas con la deforestación en la Amazonía.
La sociedad civil responsabiliza del incremento de las talas al discurso de Bolsonaro, un defensor de la explotación de los recursos naturales en busca del “progreso” de la Amazonía. EFE
Fuente: Contacto hoy