Sofía, 24 jul (EFE).- Por décimo sexto día consecutivo, miles de búlgaros exigieron este viernes en el centro de Sofía y otras ciudades, la dimisión del Gobierno del primer ministro, el populista conservador Boiko Borisov, y del fiscal general de su país, acusados de corrupción.
El intento de Borisov de aplacar las protestas con una importante remodelación de su gabinete, anunciada ayer y aprobada hoy en el Parlamento, no ha surtido el efecto deseado.
Tal y como ya advirtieron la víspera, los manifestantes rechazaron el cambio al frente de las carteras de Finanzas, Interior, Economía y Turismo, como mera medida “cosmética”.
Reiteraron que no cederán en sus reivindicaciones hasta lograr la renuncia de todo el Ejecutivo y del fiscal general, Iván Geshev, a quienes acusan de estar vinculados con la oligarquía económica y de servir a los intereses de la mafia y no a los ciudadanos.
Y al igual que en los días previos, se concentraron en el llamado “triángulo del poder”, una encrucijada entre las sedes de la Presidencia, Parlamento y Gobierno, y lanzaron una lluvia de huevos contra este último edificio.
En la noche, tienen previsto marchar por las céntricas calles de la capital antes de regresar al punto de partida.
La protesta de hoy transcurría con calma, al igual que la de ayer, en la que, aparte de un atasco del tráfico al bloquear una decena de avenidas, no se registraron incidentes.
Otros centenares de ciudadanos protestaban hoy contra la corrupción endémica del país, el más pobre de la Unión Europea, en las ciudades de Varna y Burgas. EFE
Fuente: Contacto hoy