Sao Paulo, 16 sep (EFE).- Los partidos brasileños terminaron este miércoles de formalizar sus alianzas para los comicios municipales de noviembre, que servirán de termómetro político tras la elección presidencial de 2018 que culminó con la victoria del ultraderechista Jair Bolsonaro.
La cita electoral del 15 de noviembre testará la consistencia de la “nueva política”, la corriente “antisistema” que en 2018 aupó al poder una centena de diputados; diferentes gobernadores, entre ellos al de Río de Janeiro, Wilson Witzel, suspendido recientemente del cargo acusado de corrupción, y al propio Bolsonaro, quien alzó esa bandera pese a sus tres décadas como diputado.
Las nuevas caras del ajedrez político y los representantes de la “ola conservadora” impulsada por el líder de la ultraderecha confían en seguir ganando terreno en el mapa municipal bajo el paraguas de Bolsonaro, quien ya ha advertido que no apoyará formalmente a ningún candidato durante el pleito.
El jefe de Estado dejó el año pasado las filas del Partido Social Liberal (PSL) y se ha embarcado en la fundación de la Alianza por Brasil, formación en la que quiere agrupar a todos sus seguidores pero cuya creación avanza a paso lento y no estará en las municipales, las cuales fueron aplazadas de octubre a noviembre por la crisis del coronavirus.
Sin partido y sin implicación directa en la contienda electoral, Bolsonaro, cuya popularidad ha aumentado levemente en los últimos meses hasta cerca del 40 %, evita así su primera prueba significativa desde que fue elegido en 2018, en momentos de crisis económica y sanitaria por la pandemia del nuevo coronavirus.
SAO PAULO, REFLEJO DE LA DIVISIÓN DEL “BOLSONARISMO” Y LA IZQUIERDA
En Sao Paulo, el principal colegio electoral del país, el voto “bolsonarista” estará dividido entre el presentador de televisión Celso Russomanno (del conservador Republicanos), quien ya fue candidato en las elecciones de 2012 y 2016, y Joisse Hasselmann (PSL), diputada y exaliada del presidente brasileño.
Pero el favorito a dos meses de las elecciones es el actual alcalde paulista, Bruno Covas (Partido de la Social Democracia Brasileña, centroderecha), candidato a la reelección y quien asumió el cargo en 2018 después de que Joao Doria dejara la Alcaldía para optar a la Gobernación del estado más poblado de Brasil.
En el campo progresista, la izquierda llega más desarticulada que nunca tras fracasar en el intento de crear un frente amplio “anti-Bolsonaro”. Una de las pocas ciudades donde consiguió unirse ha sido Florianópolis, capital del estado de Santa Catarina (sur).
En la capital paulista, el Partido de los Trabajadores (PT) del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva aterriza completamente noqueado y ha postulado como candidato a la Alcaldía al exdiputado Jilmar Tatto, un nombre con poco peso incluso dentro de la propia formación.
Aliado histórico del PT, el Partido Comunista (PCdoB) lanzó por primera vez un candidato propio en la ciudad más poblada del país, Orlando Silva, mientras que el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) irá de la mano de Guilherme Boulos, excandidato presidencial y quien ha ganado gran visibilidad dentro de la izquierda.
RÍO DE JANEIRO, BAJO LA SOMBRA DE LA CORRUPCIÓN
Río de Janeiro enfrenta unas nuevas elecciones municipales bajo la sombra de la corrupción y los escándalos que salpican a los dos principales nombres de la batalla electoral, el alcalde Marcelo Crivella (Republicanos) y su antecesor Eduardo Paes (Demócratas, centroderecha).
Marcelo Crivella, un senador, ingeniero, cantante de gospel y obispo evangelista, fue recientemente objeto de una operación policial que investiga la supuesta existencia de una “posible organización criminal” dedicada a la corrupción “en el ámbito de la administración municipal”, mientras que Paes es cuestionado por su estrecha relación con políticos corruptos.
Pese a su proximidad con Crivella, acusado también de intimidar a la prensa, Bolsonaro ha advertido que tampoco pretende tomar partido en Río de Janeiro, al menos durante la primera vuelta de unos comicios en los que 5.568 municipios renovarán a sus alcaldes.
A diferencia de Sao Paulo, en Río de Janeiro la izquierda hizo un esfuerzo de última hora por acercar posiciones con la alianza entre el PT, que confirmó hoy a la exgobernadora de Río Benedita da Silva como candidata, y el PCdoB, que irá como compañero de fórmula.
En una convención transmitida por internet, Lula, principal líder del PT y quien en las últimas semanas ha hecho un intento volver a la primera línea política tras meses de ostracismo, lanzó un mensaje de apoyo a Da Silva, evangélica y quien intentará competir con Crivella por el voto religioso.EFE
Fuente: Contacto hoy