La caída en los precios del petróleo, derivada del brote de coronavirus y la guerra por el mercado del crudo entre Arabia y Rusia, y su impacto en la paridad del peso frente al dólar amenaza la calificación de Petróleos Mexicanos, así como la meta de recaudación del gobierno, las finanzas públicas y el objetivo de crecimiento económico de este año, coinciden analistas.
En un día, el valor de la materia prima tuvo caídas que fueron de 24.5 a 31.6 por ciento, pues Arabia Saudita se rehúsa a disminuir su producción de crudo en un entorno en el que la demanda internacional se contraerá por primera vez desde 2009, según estimaciones de la Agencia Internacional de Energía (AIE).
La debacle en el mercado petrolero provocó que el dólar cerrara la sesión en 21.55 pesos en ventanillas, su nivel más alto desde octubre.
El precio de la mezcla mexicana se contrajo hasta 24.43 dólares por barril, cifra que no se veía desde febrero de 2016. El West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos tuvo su peor día desde 1991, cuando estalló la Guerra del Golfo.
Marcial Díaz abogado consultor del sector energético, estimó que la baja en el precio del petróleo aún no toca fondo, y se prolongará por seis meses.
El precio del crudo, calcula, se ubicará en 22 dólares por barril, lo que podría frenar proyectos relacionados con el tema de hidrocarburos este año.
Antes del derrumbe en los mercados, las calificadoras internacionales mostraban preocupación ante la meta de recaudación nacional para este año, y la coyuntura de los precios internacionales del petróleo aumenta el riesgo sobre la calificación de Pemex, empresa que puede perder el grado de inversión este año, dijo Sergio Luna, director de Estudios Económicos de Citibanamex.
Moody’s, Fitch y Standard & Poor’s pusieron la calidad crediticia de Pemex en perspectiva negativa el año pasado, lo que indica que enfrenta un riesgo significativo de nuevas disminuciones.
La situación petrolera también aumenta la presión sobre la calificación soberana, aunque incluso con una baja en la nota, el país mantendría el grado de inversión, abundó el analista de Citibanamex.
“Este panorama genera un riesgo adicional a esta discusión de un eventual cambio de calificación de Pemex, así como del soberano. El negocio petrolero se ve más retador y eso se combina con los retos que tenía el propio Pemex”.
La misma entidad financiera recortó la expectativa de crecimiento para México de uno por ciento a 0.5 por ciento para 2020, debido al impacto de la propagación del coronavirus fuera China.
La Comisión de Cambios ratifica su compromiso de continuar evaluando las condiciones de operación en el mercado cambiario y, en caso de ser necesario, adoptar acciones adicionales”. El organismo añadió que podría convocar a subastas de dólares inmediatas.
Otro instrumento que tiene el Banco de México para apuntalar a la moneda es la tasa de interés referencial, pero el banco central enfrentaría la disyuntiva de apostar por el crecimiento económico o estabilizar al tipo de cambio, coinciden el Bank of America (BofA) y HSBC.
Mientras la Reserva Federal de Estados Unidos anunció la semana pasada un recorte de 50 puntos base de forma anticipada, Bank of America advierte que el Banxico tendría que reducir sus indicadores en menor medida por tres razones.
La primera es la depreciación de la moneda, pues entre más altas son las tasas los inversionistas compran más pesos. La segunda: “los precios del petróleo mucho más bajos, un peso más débil y una economía en recesión técnica ponen en riesgo las finanzas públicas.
La tercera es que la inflación y las expectativas de inflación permanecen por encima del objetivo, lo que limita el margen de Banxico para seguir a la Fed”, añade el BofA. Para HSBC, la política monetaria del Banco de México se guiará mayormente por factores internos.
||Con información de Galo Ramírez y Mario Alavez||
Fuente: El Sol de Durango