Jerusalén. Más de 100 palestinos y unos 20 policías israelíes resultaron heridos la noche del jueves al viernes en importantes disturbios registrados en Jerusalén, que implicaron a judíos de extrema derecha, palestinos y policía israelí.
La Media Luna Roja palestina informó de al menos 105 heridos, de los cuales unos 20 tuvieron que ser hospitalizados. La policía israelí dijo que había contabilizado 20 heridos en sus filas y que había detenido a 44 personas durante los disturbios, que se producen en medio del Ramadán, el mes musulmán de ayuno y oración.
Los últimos enfrentamientos de esta envergadura en Jerusalén se registraron en agosto de 2019, cuando dos importantes fiestas judía y musulmana coincidieron y hubo choques entre policías israelíes y palestinos.
En aquel momento se registró un saldo de 60 heridos en la Explanada de las Mezquitas, lugar santo del islam y que los judíos también veneran como Monte del Templo, aunque solo está autorizado el culto musulmán en su interior.
Los enfrentamientos del jueves por la noche comenzaron cuando la policía israelí escoltó una protesta organizada por el movimiento judío de extrema derecha Lahava, conocido por su ideología antipalestina, justo a las puertas de la Ciudad Vieja de Jerusalén.
Centenares de policías israelíes habían sido movilizados cerca de la puerta de Damasco y los vecindarios cercanos con el fin de proteger “la libertad de expresión” y “el derecho a la protesta”, según fuentes policiales israelíes.
“Muerte a los árabes”
La manifestación, en la que según testigos se clamó “muerte a los árabes”, fue percibida como una provocación y generó rápidamente enfrentamientos con los palestinos que regresaban de la oración nocturna de Ramadán en la Explanada de las Mezquitas.
Rápidamente, jóvenes palestinos se congregaron en la entrada de la Ciudad Vieja, situada en el Este de Jerusalén, ocupado y posteriormente anexado por Israel, y comenzaron los enfrentamientos, que se prolongaron durante buena parte de la noche.
Los policías intentaron dispersar a los manifestantes con gases lacrimógenos y agua a presión.
“Era como una zona de guerra, muy peligroso. Me fui rápidamente de allí”, dijo a la AFP un testigo palestino.
Fuente: la Jornada