Como una de las firmantes del compromiso de Naciones Unidas “Ambición Empresarial para los 1.5 °C”, Nestlé ha comenzado a tomar medidas para reducir a la mitad sus emisiones para 2030 y lograr cero emisiones netas en 2050.

“El Consejo reconoce la importancia estratégica de tomar medidas decisivas para abordar el cambio climático. Apoya la aceleración y ampliación de nuestro trabajo para garantizar el éxito de la compañía a largo plazo y contribuir a un futuro sostenible para las futuras generaciones”, afirmó el presidente de Nestlé, Paul Bulcke.

A partir de una revisión completa de sus operaciones para determinar las acciones necesarias, la compañía reconoció haber emitido 92 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero en 2018, lo cual tomará como parámetro para medir su avance.

“La lucha contra el cambio climático no puede esperar y nosotros tampoco. Es imperativo para el éxito de nuestro negocio a largo plazo”, señaló el director general de Nestlé, Mark Schneider.

Para llegar a cero emisiones netas, la empresa se concentrará en las siguientes acciones:

• Trabajo con 500 mil agricultores y 150 mil proveedores para implementar prácticas de agricultura regenerativa que mejoran la salud de la tierra.
• Ampliación de su programa de reforestación para plantar 20 millones de árboles al año durante los próximos 10 años en las áreas de donde obtiene los ingredientes, fomentando los muros verdes y así mismo evitar la degradación del suelo.
• Ampliación continua de la oferta de alimentos y bebidas de origen vegetal y reformulación de productos para hacerlos más amigables con el medio ambiente. En su portafolio de productos está incrementando el número de marcas ‘carbono neutral’, con ésto quiere decir que van a aumentar el mayor número de productos de su portafolio del cual su producción ya no deje una huella de carbono o ésta sea igual a cero, gracias a los esfuerzos y medidas que se están tomando desde su producción hasta su venta para evitar más emisiones contaminantes al medio ambiente, por lo cual se le está brindando a los consumidores la oportunidad de contribuir en la lucha contra el cambio climático.

Los logros y compromisos que la Empresa ha generado en nuestro país no han sido pocos, ya que ha trabajado de la mano de más de 90,000 agricultores para la adopción de prácticas sustentables en el campo mexicano. Su compromiso al 2025 es lograr el 100% de abastecimiento responsable de leche en el país, fomentando prácticas de ganadería sustentable donde sea posible sin deforestación de bosques.

Otro de los compromisos que la empresa de Nestlé tiene en nuestro país, es la compra de maíz mexicano 100% cosechado y producido mediante prácticas sustentables y para el apoyo a la economía de cientos de agricultores que viven de la tierra.

En lo que corresponde a biodiversidad, desde 2006 no hay tala, destrucción o conversión de bosques y áreas protegidas en plantaciones de café y cacao, como parte de las buenas prácticas; estas zonas se conservan en conjunto con los agricultores, favoreciendo la regeneración natural de los bosques y conservación de su biodiversidad.

Todos los planes de desarrollo de Nestlé México buscan la conservación y cuidado del suelo a través de técnicas como la rotación de cultivos mixtos; por ejemplo, en el caso de la siembra de café que es compatible con la vainilla y le permite al productor mantener un ingreso durante las diferentes temporadas del año, asimismo como otras prácticas que son promovidas por los ganaderos.

El agua es la base para toda la actividad agrícola y ganadera, por ello Nestlé México incluye actividades concretas para su cuidado y conservación. La prioridad es conservar las fuentes de agua, a través del cuidado de la vegetación natural alrededor de manantiales y cursos de agua naturales garantizando la calidad de la misma, además de cumplir con los reglamentos y legislaciones locales aplicables para garantizar el derecho al agua, impulsando el crecimiento y protección de las comunidades y zonas productivas para contribuir con la sustentabilidad de los recursos en beneficio del campo.

A través de Compromiso Lácteo, programa local de ganadería sustentable, la compañía impulsa el desarrollo de Granjas Cero Emisiones y busca alcanzar 9 Net Zero Farms en 2021 en diferentes países donde compra leche y suero.

El pasado 27 de abril del 2021 dentro del marco del evento digital “Hacia la producción de alimentos regenerativos”, los directivos nos compartieron su opinión con respecto al trabajo que realizan con la empresa para combatir el cambio climático.

Benjamin Ware, Director de Abastecimiento Sostenible y Desempeño Climático de Nestlé: México es un país clave dentro de nuestra estrategia para combatir el cambio climático, cuyo enfoque está en la agricultura regenerativa y en la migración hacia el uso de energías renovables.

¿Por qué le importa a la industria alimentaria y a Nestlé el cambio climático? Porque básicamente esto tiene consecuencias en la humanidad, y también consecuencias comerciales en nosotros.

Pascal Chapot, Director Corporativo de Agricultura de Nestlé: La idea es que con nuestras acciones contribuyamos a restaurar la fertilidad del suelo, lo que significa restaurar la materia orgánica mediante la reducción de fertilizantes e insumos químicos sintéticos. En ese sentido, tenemos más de 300 proyectos en el mundo relacionados con el cuidado del medio ambiente.

Emily Kunen, Líder Global de Abastecimiento Responsable: Nestlé reconoce la importancia vital de los bosques y lo alarmante de que están siendo talados y degradados.

Nosotros nos comprometimos a lograr la no deforestación y a finales de 2020 pudimos catalogar el 90 por ciento de nuestros productos básicos clave como libres de deforestación. Ahora buscamos lograr que nuestra cadena de suministro sea cien por ciento libre de deforestación para fines del próximo año.

Finalmente, cabe señalar que las metas de reducción de emisiones de Nestlé han sido aprobadas por la Iniciativa de Objetivos Basados en Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés).

Para más información consulta https://bit.ly/3gK5fmn

Fuente: La Jornada