Ciudad de México. Como parte de los actos conmemorativos del Bicentenario de la Armada de México, la Secretaría de Marina (Semar) y el Servicio Postal Mexicano-Sepomex cancelaron la emisión de la estampilla postal conmemorativa “200 años de la Armada de México”.
La ceremonia se realizó en el salón los Candiles, del cuartel general de la Semar, en la Ciudad de México, y estuvo encabezada por el subsecretario de Marina, el almirante José Luis Arellano Ruíz, y por la directora general de Sepomex, Rocío Bárcena Molina.
El mando naval resaltó que la emisión de este timbre postal sirve a las mujeres y hombres de mar, para hacer patente la tradición histórica a lo largo y ancho del país.
Además, refirió que la historia de la Armada de México tiene sus antecedentes con la creación del Ministerio de Guerra y Marina en 1821, donde quedó adscrita la Armada, la cual tuvo a su cargo los asuntos relativos a las costas y mares nacionales.
“Es un timbre que llegará a todos los rincones del país gracias a la noble labor que el Servicio Postal Mexicano realiza día con día, y con ello la oportunidad de recordarle a las familias mexicanas que hoy y siempre pueden contar con marinos navales de honor, deber, lealtad y patriotismo, listos para servir a México”, subrayó Arellano Ruiz.
En tanto, Bárcena Molina dijo que la historia de la Semar y la del correo mexicano han estado entrelazadas con diversas emisiones de estampillas, ya que Sepomex ha emitido siete sellos, donde se han conmemorado aspectos importantes para la Semar, como los aniversarios de la Heroica Escuela Naval Militar y del Centro de Estudios Superiores Navales, también se ha rendido homenaje a los rescatistas de la Unidad Canina y se ha mostrado la majestuosidad del Buque Escuela Velero Cuauhtémoc.
La nueva estampilla tiene la obra “Capitulación de San Juan de Ulúa” pintada por Patrick O’Brien, de la colección del Museo Naval de México, y diseñada por Luis Quesada Villalpando. En total se imprimieron 200 mil timbres que podrán adquirise en todas las oficinas de Sepomex.
Fuente: La Jornada