Durante una intervención ante una comisión de la Cámara de Diputados, el máximo representante del Emisor chileno explicó que esta política de retiros genera “un mayor recalentamiento de la economía, mayor inflación y severos desajustes financieros”.
“Estos riesgos ya no se ubicarían en el largo plazo, sino que podrían ser inmediatos, con un impacto especialmente concentrado en 2022”, aseveró Marcel, quien agregó que el Banco Central “no cuenta con facultades, instrumentos o recursos para neutralizar riesgos de esta envergadura”.
El 30 de julio de 2020 el Congreso chileno, en contra de la opinión del Gobierno pero con el apoyo de legisladores oficialistas, aprobó por primera vez que los ciudadanos pudieran retirar el 10 % de sus pensiones -gestionadas por fondos privados de contribución obligatoria-, con el objetivo de aliviar sus economías diezmadas por la pandemia de la covid-19.
La medida, que tenía carácter excepcional, fue aprobada posteriormente en dos ocasiones más, en diciembre de 2020 y en marzo de 2021, y en estos momentos el Congreso estudia varios proyectos de ley para llevar a cabo un cuarto retiro del 10 % de los fondos e incluso uno para el retiro del 100 % de los ahorros.
Respecto a esta opción de retirar la totalidad de los fondos, Marcel dijo que los efectos son difíciles de cuantificar, “dada la magnitud del desajuste de los mercados financieros que podría inducir, con graves consecuencias para el país”.
El máximo representante del Banco Central dijo que los tres retiros del 10 % aprobados hasta ahora han generando “un cambio estructural en la economía del país” consistente en un “debilitamiento sistemático del mercado de capitales de largo plazo en moneda nacional”.
Este mercado, dijo Marcel, “es fundamental para el financiamiento del Fisco, para el crédito hipotecario y las inversiones en infraestructura”.
La autoridad destacó que si dicho cambio estructural se consolida, implicaría mayores costos y menores plazos de financiamiento; mayor dependencia del capital extranjero; y mayor exposición al riesgo cambiario y mayores riesgos para la estabilidad financiera, afectando con ello al Gobierno, las empresas y la ciudadanía en general.
Marcel recordó que las previsiones del Banco Central respecto de los anteriores proyectos de retiro se hicieron realidad y lo ejemplificó el aumento de tasas de interés y de la inflación, los efectos distributivos regresivos y una creciente dificultad para amortiguar su impacto sobre los mercados financieros.
Señaló también que la exención de impuestos a los retiros podría superar los 5.000 millones de dólares con un cuarto retiro, beneficiando al 20 % más rico de la población.
“Al combinarse lo anterior con su impacto inflacionario sobre los grupos de menores ingresos y el deterioro de las pensiones por vaciamiento de los fondos, la sucesión de retiros se convertiría en la política pública más regresiva en muchas décadas”, indicó Marcel.
“Estos efectos económicos, que constituían sólo un riesgo de largo plazo en el primer retiro, se acrecientan y se vuelven más inminentes de cara a un cuarto retiro”, abundó. EFE
Fuente: Contacto Hoy