“¿Sabe cuál es el impuesto federal sobre el gas de cocina? Cero. Lo puse a cero en marzo o abril y aun así subió de precio. Estas son las verdades que hieren a mucha gente”, señaló el mandatario brasileño
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo hoy que quiere privatizar la mayor petrolera Petrobras, mayoritariamente estatal, como una respuesta al aumento de los combustibles que sufre el país.
“¿Sabe cuál es el impuesto federal sobre el gas de cocina? Cero. Lo puse a cero en marzo o abril y aun así subió de precio. Estas son las verdades que hieren a mucha gente. Es muy fácil [decir]: la gasolina subió, es culpa de Bolsonaro. Ya quiero privatizar Petrobras, quiero hacerlo. Veremos qué podemos hacer con el equipo económico”, dijo en entrevista con la emisora Novas de Paz.
De acuerdo con el diario brasileño O Globo, el gobierno está preparando la creación de un fondo para distribuir los ingresos obtenidos por la venta de empresas estatales y los dividendos a los beneficiarios de los programas sociales. Esta cuenta se denomina internamente Fondo de Reducción de la Pobreza y, en un principio, se abastecería con la venta de acciones de Petrobras.
Impuesto al combustible
Bolsonaro culpa al impuesto ICMS que cobran los gobernadores estatales por el aumento de los precios del combustible y del gas. En el caso de los combustibles, explica O Globo, el porcentaje aplicado sobre el valor del producto varía entre 25% (en Sao Paulo y otros seis estados) y 34% (Río de Janeiro). Por lo tanto, cuando los precios del combustible aumentan, la cantidad recaudada del ICMS también aumenta.
Este cálculo, advierte el diario brasileño, no se hace sobre el precio de la gasolina o el gasóleo que se vende en el surtidor. Se basa en un precio medio, actualizado cada 15 días. El miércoles, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley para cambiar la forma en que se realiza esta recaudación.
Aumento en los precios del petróleo
En los últimos meses, el petróleo ha subido mucho en el mercado internacional, todavía bajo el efecto de la pandemia, que provocó un desajuste entre la oferta y la demanda del insumo. También hay una mayor restricción de la producción por parte de los países de la OPEP, que reúne a los principales exportadores mundiales.
Aunque Brasil es autosuficiente en petróleo, extrayendo casi la misma cantidad del producto que consume, el país importa petróleo refinado y exporta la materia prima, cuyo valor es en dólares. Por lo tanto, el tipo de cambio influye directamente en el precio en las estaciones de servicio.
El real es una de las monedas más devaluadas del mundo en 2021. Esto se debe a factores externos, pero también a la situación política y fiscal. El país no avanzó en la agenda de reformas y, durante gran parte del año, el presidente Bolsonaro atacó a otras instituciones, especialmente al Tribunal Supremo, detalló O Globo.
Sólo en los últimos 12 meses, el aumento de los precios de la gasolina y el gasóleo alcanzó casi 40%. El precio medio del gasóleo en el país alcanzó los 4.97 reales (18.55 pesos mexicanos) este mes. La gasolina, 6.07 reales (22.65 pesos mexicanos), pero en algunas regiones ya superó los 7 reales (26 pesos mexicanos).
En la entrevista, reseñada por O Globo, Bolsonaro dijo que no quiere interferir en Petrobras, pero subrayó que no tiene margen de maniobra para dirigir el precio. “No puedo, no controlar, sino dirigir mejor el precio del combustible. Pero cuando aumenta, [dicen] es mi culpa. Los aumentos de la gasolina, es mi culpa, a pesar de que el impuesto federal se redujo a cero”, se quejó.
De acuerdo con el Instituto Brasileño de Estadísticas, la inflación a 12 meses en el país se ubicó en 10.25% en septiembre, la primera vez que alcanza los dos dígitos desde 2016.
El índice de precios al consumo avanzó 1.16% en septiembre (el mayor valor para ese mes desde 1994) y acumula un alza de 6,90% en lo que va del año, muy por encima de la meta oficial de 3.75%.
Aprobación de Bolsonaro
A un año de las presidenciales, la situación complica el panorama de Jair Bolsonaro, cuya aprobación se ha desplomado a 22%, el peor nivel desde que inició su mandato, en enero de 2019. A principios de octubre, miles de personas salieron a las calles en Río de Janeiro, Salvador, Sao Paulo y Brasilia para exigir la destitución del mandatario.
FUENTE: CON INFROMACIÓN DE “EL UNIVERSAL”.
