Por Eduardo Serrano
Ante el escenario de las elecciones del 2025, donde se renovarán las 39 presidencias municipales que comprenden el territorio estatal, se comienzan a desprender algunas reglas del juego que ponen interesante el Ambiente Político. Ha trascendido que uno de los acuerdos a los que han llegado en las “mesas políticas” del equipo de MORENA que dirige Lulú García Garay, es que el jugador que porte el brazalete de capitán o capitana, en la cancha de la contienda electoral, deberá emerger de las fuerzas básicas del morenismo, es decir, no aceptarán cachirules, ni jugadores que traigan uniforme Verde o Rojo con Estrella. De esto se desprenden varias jugadas que se empiezan a dibujar en la pizarra de los vestidores cuatroteístas, algunas de ellas, a balón parado, con clara intención de anotar en el primer tiempo de las campañas, pero con el riesgo de un contragolpe que los deje, un trienio más, fuera de lugar.
En dichas mesas políticas, ya se encuentra un emisario directo de Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán, quien toma nota de los acuerdos y de las principales jugadas que se están trazando, de tal manera que será muy fácil notar, si alguno de los seleccionados pretende meter autogol en los entrenamientos previos a la emisión de la convocatoria, o posterior a la misma, como ya ha ocurrido en procesos anteriores, donde los “renegados” agarran su balón y se van a negociar con el equipo contrario. El hecho de que vaya un morenista en la boleta como candidato, complica de alguna manera la construcción de la alianza cuatroteísta, puesto que ya había levantado la mano Gerardo Villarreal, y Gonzalo Yáñez aunque diga que no tiene interés en ser candidato, siempre juega mal, pero se acomoda bien.
Las fuerzas básicas morenistas están cerrando filas en su propio equipo; sus aliados, si quieren formar parte de la planilla, deberán ajustarse a los acuerdos que se hayan tomado antes de conformar la coalición. Cabe la posibilidad de que, ante esas condiciones, no se concrete la alianza cuatroteísta, lo que podría complicarles el juego, al menos con el PT, que es el equipo más rebelde, y ya se tiene la experiencia de lo que ocurre cuando el partido de la estrella juega en contra. Por lo tanto, en la disputa por el brazalete de capitán o capitana, en el que se encuentran José Ramón Enríquez, Iván Gurrola, Guillermo de Anda e Iván Ramírez, en el selectivo varonil, y Margarita Valdez, Sandra Amaya, Cynthia Mont y Martha Olivia García, entre las féminas, hay que esperar a ver cómo juega Gonzalo, porque Gerardo Villarreal, seguramente, pugnará porque Alan González vaya alineando en una posición cómoda para una regiduría.
Evidentemente, un factor determinante va a ser la definición del género, puesto que ahí, de manera inmediata, se descartará una buena parte de los aspirantes. El reto para la escuadra Guinda, será cómo mantener la unidad una vez que se sepa el nombre del capitán o capitana, que inevitablemente dejará jugadores lesionados moralmente en la banca. Además, las encuestas que circulan por el campo de juego, impactan en el ánimo de las gradas, y por consecuencia, entre los propios jugadores, lo que los puede llevar a cometer faltas en los entrenamientos, como engancharse en pleitos internos, y aunque sean muy morenistas, por berrinchudos, pueden quedarse sin la posibilidad de portar, el tan preciado brazalete.