Viernes 15 de mayo de 2020. Nueva York. Los costos del manejo político de la pandemia por el gobierno de Donald Trump continúan manifestándose en el ámbito económico y de salud, con otros casi 3 millones de desempleados en la semana previa y más evidencia de que no sólo se podría haber evitado que Estados Unidos fuera el epicentro mundial de contagio, sino nuevas advertencias de expertos de que una reapertura del país antes de tener bajo control la pandemia, tal como desea el presidente, implicará aún más sufrimiento y muerte.
Otros casi 3 millones de trabajadores se registraron para obtener beneficios de desempleo durante la semana anterior, reportó el gobierno federal, con lo cual ahora suman 36.5 millones de desempleados en sólo ocho semanas de esta crisis, que es comparada en algunos rubros con la Gran Depresión.
La Reserva Federal detalló en un informe que los más perjudicados económicamente son los más vulnerables, con casi 40 por ciento de los hogares con ingresos menores a 40 mil dólares al año afectados por el desempleo.
Mientras se divulgaban las cifras más recientes de los costos económicos de la crisis, en la Cámara de Representantes, Rick Bright –quien encabezaba la agencia responsable de vacunas e investigación biomédica y que recientemente fue reasignado como consecuencia de su crítica a propuestas médicas del presidente– alertó que Estados Unidos enfrentará el invierno más oscuro de su historia moderna si el gobierno no procede urgentemente con la elaboración de un plan nacional integral para enfrentar el coronavirus, que aún no está bajo control.
Bright argumentó que si desde un inicio el gobierno hubiera actuado siguiendo las recomendaciones de los expertos, incluyéndolo a él, se hubieran salvado muchas vidas. La ciencia, y no el politiqueo o el amiguismo, debe encabezar el camino para combatir a este virus fatal, sentenció.
Trump lo descalificó aun antes de iniciar su testimonio, señalando en un tuit que nunca había conocido a Bright, pero para mí es un empleado descontento, quien no es querido ni respetado por gente con quien he hablado y quien, con su actitud, ya no debería estar trabajando para nuestro gobierno.
A principios de esta semana, el doctor Anthony Fauci, el experto oficial de mayor perfil del equipo que coordina la respuesta de la Casa Blanca a la pandemia, advirtió del grave peligro de reabrir el país –o sea, suspender las medidas de mitigación– de manera prematura, ya que aún se está propagando el virus. Eso tendría consecuencias serias, declaró ante una audiencia en el Senado. Subrayó que reabrir las escuelas podría tener efectos aún desconocidos en los estudiantes.
Pero para Trump la reapertura del país es su prioridad y por lo tanto no tardó en regañar a uno de sus principales expertos médicos. En comentarios con reporteros, Trump expresó que la respuesta de Fauci no sólo lo sorprendió, sino que para mí no es una respuesta aceptable, especialmente cuando se trata de las escuelas. Agregó que Estados Unidos tiene que regresar (al trabajo) lo más pronto posible y no considero que nuestro país haya regresado si las escuelas están cerradas.
En tanto, sindicatos nacionales de maestros, trabajadores de aviación y movimientos sociales de los más vulnerables están llamando a frenar cualquier reapertura hasta que los científicos y expertos médicos –y no los políticos– den luz verde.
Trump viajó este jueves a un centro de distribución de mascarillas médicas N95 en Pensilvania, donde dio un discurso de elogio a la respuesta de su administración. Los trabajadores y su comitiva (con la excepción de su jefe de gabinete) usaban mascarillas, menos él, violando las recomendaciones de su propio gobierno. Ahí celebró a los doctores y enfermeras que están en las trincheras del combate contra el coronavirus: Están corriendo hacia la muerte al igual que soldados corren hacia las balas. Veo eso con los doctores y las enfermeras y toda esa gente que entra a esos hospitales. Es increíble y es algo hermoso verlo.
Palabras, comentó una observadora, que hubieran hundido a cualquier otro presidente.
Todo mientras el número de muertos por Covid-19 supera 85 mil y el total de contagiados confirmados llega a 1.4 millones en Estados Unidos, el epicentro mundial de la pandemia.
Fuente: La jornada