Viernes 21 de agosto de 2020. Nueva York. Steve Bannon, arquitecto de la victoria electoral del presidente Donald Trump en 2016, fue arrestado ayer en un yate, acusado junto con otras tres personas de apropiarse de dinero de donantes que intentaban financiar la construcción del muro en la frontera sur de Estados Unidos, convirtiéndose en uno más de la larga lista de aliados del mandatario imputados por algún delito.
Horas después de su arresto, Bannon se declaró inocente durante una comparecencia ante una corte federal en Manhattan. Fue puesto en libertad mediante una fianza de 5 millones de dólares, garantizada con bienes por un millón 75 mil dólares.
El ex asesor presidencial, de 66 años y quien dejó la Casa Blanca en agosto de 2017, fue una de las cuatro personas denunciadas por fraude electrónico en una acusación de los fiscales federales en Manhattan por supuestamente defraudar a cientos de miles de donantes mediante una campaña de financiación colectiva de 25 millones de dólares llamada We build the wall (Construimos el muro).
Bannon fue arrestado en Connecticut por agentes de la oficina del fiscal y del Servicio de Inspección Postal de Estados Unidos a bordo de un yate de 45 metros de largo, según una fuente policial.
El yate, llamado Lady May, es propiedad del multimillonario chino fugitivo Guo Wengui, con quien Bannon ha tenido una relación de trabajo.
El empresario, famoso por su aspecto desaliñado, encabezó el sitio web de la derecha Breitbart News –voz del movimiento de la extrema derecha que abarca a nacionalistas duros, supremacistas blancos, neonazis y antisemitas– antes de unirse a la campaña de Trump.
Los organizadores de We build the wall se decían deseosos de ayudar al presidente a construir una barrera grande y bella en la frontera con México, como Trump prometió durante su campaña. Recaudaron más de 25 millones de dólares de miles de donantes.
De acuerdo con los cargos penales hechos públicos ayer, gran parte del dinero fue a dar a los bolsillos de los miembros del grupo, entre ellos Bannon, quien supuestamente se quedó con un millón de dólares, de los cuales utilizó una parte para pagar en secreto al coacusado Brian Kolfage, fundador del proyecto, y para cubrir gastos personales por cientos de miles de dólares.
Bannon se convirtió en el personaje más reciente que se suma a una larga lista de socios de Trump que han ido a juicio, entre ellos su ex director de campaña Paul Manafort, a quien remplazó Bannon, su abogado Michael Cohen, y su ex asesor de seguridad nacional Michael Flynn.
El jefe de la Casa Blanca también ha dejado claro que está dispuesto a utilizar su autoridad casi ilimitada para conceder perdones a fin de ayudar a sus aliados políticos a escapar de situaciones jurídicas riesgosas. En su más reciente acción de este tipo, Trump conmutó la sentencia a su asesor político Roger Stone.
En la audiencia, Bannon fue presentado con las manos esposadas por delante y un cubrebocas blanco. Se mecía hacia adelante y hacia atrás en una silla dentro de la celda desde donde compareció mediante video con sus abogados al teléfono.
Ni su portavoz ni su abogado respondieron a solicitudes para una declaración. Kolfage no respondió tampoco. Los otros acusados son Andrew Badolato y Timothy Shea, este último propietario de una compañía de bebidas energéticas llamada Winning Energy. Las latas de la bebida tienen la imagen caricaturizada de Trump como superhéroe y afirman contener 12 onzas de lágrimas liberales. Shea compareció de manera virtual en Denver.
Otros miembros prominentes de We build the wall son el ex secretario de Estado de Kansas Kris Kobach, quien era abogado general del grupo; Erik Prince, fundador de la controvertida firma aseguradora Black-water; Tom Tancredo, ex representante republicano por Colorado, y Curtis Schilling, ex lanzador de las grandes ligas. Ninguno de ellos está nombrado en la acusación formal.
Después del arresto, Trump se distanció rápidamente de Bannon y del proyecto.
Cuando leí sobre ello, no me gustó. Esto es para el gobierno, no para particulares. Y me sonó a fanfarronería, declaró Trump a la prensa en la Casa Blanca, y agregó que se sintió muy mal por esa situación.
William Barr, secretario de Justicia, comentó a la agencia Ap que había estado al tanto de la investigación sobre Bannon durante meses, pero no aclaró si el presidente fue informado.
Fuente: La Jornada