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INTERNACIONAL SEGURIDAD

Los peligros de la descongelación de las regiones del Norte

Moscú, 14 sep (Sputnik).- La creciente degradación de la capa de suelo congelado de las regiones del Norte podría acelerar considerablemente el efecto invernadero y poner en peligro a las personas que viven en estas zonas, aseguró en una entrevista con Sputnik Alexandr Fiódorov, director del Instituto ruso de Estudios del Permafrost.

La aceleración de la destrucción del permafrost, que ocupa el 25 por ciento de la tierra firme, representaría un problema muy grave para todo el planeta, explicó el científico cuyo instituto forma parte de la Academia de Ciencias de Rusia.

“Si empieza una degradación activa, se liberará la materia orgánica, ahí hay muchísima. La materia orgánica se encontrará en condiciones de temperaturas superiores al cero durante todo el año y las bacterias se pondrán a funcionar. Es decir, el metano y el dióxido de carbono se emitirán a la atmósfera”, indicó.

Estas emisiones complicarán aún más la tarea de reducir el efecto invernadero, prosiguió.

“Ahora el peligro lo representan las emisiones atropogénicas de los automóviles, las centrales eléctricas, etcétera, pero cuando las emisiones provengan de la destrucción del permafrost los volúmenes serán varias veces superiores”, dijo Fiódorov.

IMPACTO IMPORTANTE

Los territorios rusos que se encuentran en la zona del permafrost que ocupa el 60 por ciento de la superficie del país resultarán gravemente afectadas. En particular, se trata de Yakutia, la entidad federada rusa de 3,08 millones de kilómetros que es casi igual de grande que la India y mayor que Argentina.

“Hemos hecho un mapa donde señalamos las zonas de Yakutia que sufrirán más que otras el calentamiento y la influencia atropogénica. Más del 60 por ciento de Yakutia está en esta zona roja, cuanto más al norte, más rojo hay”, recalcó Fiódorov.

En esta región donde las casas se construyen sobre pilotes “una cosa es cuando los pilotes están sobre terreno congelado y otra, cuando aparece agua por el derretimiento del hielo”.

“He de decir que el agua representa el mayor peligro para el permafrost”, advirtió el científico.

Antes las casas de la capital de Yakutia, Yakutsk, “se construían con pilotes de ocho metros, después de 12, ahora de 18”.

“La pérdida de la capacidad portante puede provocar una mayor destrucción del permafrost y la necesidad de trasladar la ciudad”, aseveró.

La destrucción del permafrost causó también la formación de un enorme cráter en el pueblo de Batagay, situado cerca de la ciudad de Verjoyansk.

Este cráter que representa el mayor hundimiento del terreno a causa de la destrucción del permafrost del mundo se empezó a formar en los años 1960 y se sigue ensanchando hoy en día.

“Se taló una parte de la taiga para las necesidades del pueblo, quedó afectada la capa superior del subsuelo en un pequeño terreno, el permafrost empezó a sufrir el efecto de los rayos del sol y de las altas temperaturas y comenzó el proceso de degradación”, relató el científico.

Por lo general, el terreno en Yakutia puede hundirse entre 10 y 14 centímetros al año, subrayó Fiódorov.

FÁCIL DESTRUCCIÓN

El permafrost es bastante frágil y su destrucción se debe a varios procesos, en particular el calentamiento de la temperatura del aire, el aumento de la capa de nieve, los incendios forestales o la influencia del hombre.

“Cualquier alteración del permafrost provoca su degradación”, aseguró el investigador.

Estos factores suelen actuar a la vez, por ejemplo, un incendio no solo calienta la capa superior del subsuelo sino también destruye los árboles que protegen el permafrost de los efectos del sol.

Otro problema lo puede representar un verano cálido seguido de un invierno con mucha nieve ya que la capa de nieve guarda las temperaturas y no deja que el terreno vuelva a congelarse.

“Este año Yakutia afrontó una plaga de polillas de seda siberianas, talaron los bosques o los árboles murieron y eso también provocará una degradación del permafrost”, realzó el director del Instituto de Estudios del Permafrost.

Aunque la descongelación es “un fenómeno que se produjo siempre, antes de los 1990 era raro y estaba relacionado con un levantamiento casual de la capa de permafrost por impacto técnico”.

Por lo general, “el ser humano acelera mucho el proceso de derretimiento”.

“Mientras crece el bosque y el sistema de la naturaleza funciona, se conserva por sí mismo. Cuando intervenimos nosotros, el equilibrio desaparece”, indicó Fiódorov.

VARIABILIDAD DE TIPOS

“La gente piensa que el permafrost es un trozo de hielo que perdura siglos aunque en realidad los científicos rusos –que somos líderes en los estudios del permafrost– distinguimos varios tipos de suelos congelados”, explicó Fiódorov.

Estos tipos “se diferencian según la cantidad de hielo, la temperatura, el paisaje donde están ubicados. En 1991 identificábamos 71 tipos de suelos congelados y ahora hemos elaborado una guía con 145 tipos”.

“Nos orientamos por el paisaje que se ve en las imágenes satelitales y así determinamos el tipo de permafrost”, explicó.

Además, su distribución en el terreno no es homogénea, “no hay permafrost debajo del fondo de los lagos, del río Lena, de otros ríos”.

Fiódorov indicó que los habitantes de Yakutia distinguen diferentes tipos de permafrost desde hace siglos y hoy en día los investigadores utilizan nombres yakutos en su trabajo.

Por ejemplo, la parte de terreno donde el permafrost se descongeló definitivamente se llama alas, o campo redondo en yakuto, y “representa una pradera, con un lago, generalmente” que puede tener un diámetro de unas decenas de metros a unos kilómetros.

“Alas es el fundamento del cultivo de tierra de los yakutos, la vida cotidiana y el permafrost están evidentemente muy relacionados”, realzó Fiódorov.

MONITOREO INDEPENDIENTE

Ahora los especialistas rusos de varios centros de investigación, incluido el Instituto de Estudios del Permafrost, quieren crear un sistema de monitoreo de suelos congelados supervisado por el Ministerio del Ártico y el Extremo Oriente.

Este sistema que “según un pronóstico optimista” podría empezar a funcionar en un plazo de tres a cinco años permitiría realizar un monitoreo independiente de la situación ya que “lo que le está pasando al permafrost les preocupa solo a los científicos”.

“Las grandes empresas que trabajan en condiciones del permafrost tienen sus institutos y centros de estudios que dependen de las compañías y las compañías no quieren aumentar los costes, por eso prefieren no mencionar en los informes algunos momentos críticos”, subrayó.

Fiódorov aseguró que le parece “un error” que no exista un peritaje científico independiente y los observadores independientes no tengan acceso a las instalaciones, por ejemplo, a los gasoductos y oleoductos.

“Creo que se debe a que el futuro no importa a nadie. Todas las investigaciones o inversiones a largo plazo no se consideran provechosas”, denunció. (Sputnik)

Fuente: Contacto hoy