Adís Abeba, 15 jul (EFE).- El Gobierno de Etiopía aclaró hoy el que la presencia de agua en su polémica Gran Presa del Renacimiento Etíope (GERD) en el Nilo Azul se debe a las abundantes lluvias y no a una operación de llenado intencionada, como anunció anteriormente.
“La construcción de la GERD ha alcanzado el nivel de 560 metros en comparación con los 525 metros del año pasado. El flujo de entrada al embalse debido a la fuerte lluvia y la escorrentía excedieron el flujo de salida y crearon una acumulación natural”, aseguró el ministro etíope de Agua, Irrigación y Energía, Seleshi Bekele, en su cuenta de la red social Twitter.
El llenado continuará “hasta que se desencadene pronto el desbordamiento”, según Seleshi, quien incidió en que la obra aún tiene que llegar a la altura de 640 metros “en los próximos años”.
Esta puntualización se produjo después de que el Gobierno de El Cairo pidiese una “aclaración urgente” sobre las informaciones de que el Ejecutivo de Adís Abeba había comenzado a llenar la represa sin acuerdo con Sudán y Egipto, lo que amenaza la estabilidad de la región.
Poco antes, en declaraciones a la televisión estatal etíope, el propio ministro había anunciado que las operaciones de llenado habían dado comienzo en julio, tal y como había prometido el Gobierno de Abiy Ahmed.
“El llenado está en marcha de conformidad con el proceso normal de construcción de la presa hidroeléctrica”, subrayó.
Seleshi confirmó así las imágenes de satélite de la Agencia Espacial Europea divulgadas esta semana, que mostraban agua en la represa, ubicada en el distrito de Guba, en la región occidental de Benishangul-Gumuz.
El ministro hizo esas declaraciones tras el fracaso esta semana de la última ronda de diálogo entre Etiopía, Egipto y Sudán para lograr un acuerdo sobre la presa, que rechaza rotundamente El Cairo.
NEGOCIACIONES FALLIDAS
La Unión Africana (UA) lanzó hace dos semanas sus esfuerzos de mediación con reuniones virtuales para lograr un acuerdo sobre el llenado y las operaciones de la GERD en el Nilo Azul, afluente que empieza en el etíope lago Tana y aporta al Nilo el 85 % de su agua.
Sin embargo, los tres países ribereños no han conseguido llegar a un pacto y este martes enviaron sus conclusiones a la organización panafricana, con sede en Adís Abeba.
“Posturas sin cambios y demandas adicionales y excesivas de Egipto y Sudán impidieron la conclusión de esta ronda de negociación con un acuerdo”, afirmó este martes el Ministerio etíope de Agua, Irrigación y Energía.
“Etiopía reitera que la negociación trilateral y el compromiso para alcanzar un resultado de beneficio mutuo es la única vía para conseguir un resultado”, destacó Adís Abeba.
El ministro egipcio de Asuntos Exteriores, Sameh Shoukry, señaló el lunes que “El Cairo ha mostrado mucha flexibilidad y entendimiento en los asuntos de la GERD y las necesidades de Etiopía, pero una vez más la ronda finaliza sin acuerdo”.
“Estábamos esperando un cambio en algunas de las posturas de Etiopía, pero se mantuvieron igual y no logramos consenso. No deseamos volver otra vez al Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, pero si algo amenaza a la paz regional e internacional, la responsabilidad cae en el Consejo de Seguridad, para llevar a cabo acciones para prevenirlo”, advirtió Shoukry ante medios locales.
El Gobierno de Sudán se manifestó en términos similares y admitió discrepancias en asuntos técnicos y legales, destacando que uno de los puntos “enquistados” es el rellenado de la GERD en sequías futuras, según la agencia estatal de noticias sudanesa SUNA.
En resumen, los tres países mantienen diferencias sobre el futuro desarrollo del río Nilo, la resolución de conflictos, la implicación de terceras partes durante disputas y la compartición de datos.
TENSIÓN ENTRE ETIOPÍA Y EGIPTO
Sin embargo, los desacuerdos entre Etiopía y Egipto se presentan como el gran obstáculo para un pacto, pues la GERD, que se levanta desde 2011 y será la presa hidroeléctrica más grande de África, ha tensado en los últimos tiempos la relación bilateral.
De hecho, Etiopía recriminó en junio a Egipto por pedir la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU en la disputa. Este último país llegó incluso a amenazar este marzo con utilizar “todos los medios necesarios” para proteger sus “intereses” en el contencioso, en una aparente referencia al posible uso de la fuerza.
Etiopía empezó la construcción de la megrapresa -valorada en unos 4.500 millones de euros- para garantizar recursos hídricos al país y, además, planea exportar electricidad para generar riqueza e impulsar su desarrollo.
Egipto, por su parte, cree que se trata de una cuestión de “seguridad nacional”, ya que teme que el proyecto reduzca notablemente el caudal que le llega del Nilo, del que obtiene en torno al 90 % del agua dulce que consume.
En el actual punto muerto, se espera que la UA convoque una minicumbre, previsiblemente para la semana próxima, con el fin de desatascar las negociaciones y lograr un acuerdo.
LA UNIÓN AFRICANA INTENTA ACERCAR POSTURAS
El presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, cuyo país ejerce la jefatura de turno de la Unión Africana, jugará un papel fundamental a la hora de acercar posturas.
Ramaphosa ya presidió este 26 de junio una reunión por videoconferencia de jefes de Estado y Gobierno africanos -incluidos los líderes de los tres países ribereños- para abordar el problema.
La UA instó entonces a las tres naciones a “trabajar con agilidad para encontrar una solución mutuamente aceptable y amigable en los asuntos técnicos y legales pendientes en el proceso de negociación”.
“El presidente Ramaphosa y los demás observadores pueden ayudar alentando a las partes a permanecer centradas en las conversaciones tripartitas y proporcionar sugerencias constructivas sobre cómo llegar a compromisos en cuanto a los desacuerdos legales y técnicos pendientes”, declaró hoy a Efe el analista para Etiopía del International Crisis Group (ICG), William Davison.
El tiempo para obtener avances apremia, habida cuenta de la intención de Etiopía, el segundo país más poblado de África con unos 109 millones de habitantes, de iniciar el relleno del embalse.
“La posición de Etiopía es que tiene el derecho a desarrollar sus propios recursos hídricos, incluida la decisión de cuándo comenzar a llenar el embalse de la GERD”, señaló Davison.
“Esta posición -agregó el analista- ha llevado a Etiopía a rechazar algunas demandas de mitigación de la sequía y también varias medidas legales, como la demanda de Sudán y Egipto de un arbitraje vinculante”.
Egipto, Etiopía y Sudán acordaron en 2015 que la construcción de la presa no debía afectar a la economía, al caudal del río y a la seguridad hidroeléctrica de ninguno de los tres Estados ribereños, pero desde entonces han predominado las desavenencias.
Las negociaciones auspiciadas por la UA se celebraron después de que Etiopía rechazara en febrero acudir a la mesa de diálogo en Washington, donde desde finales de 2019 se desarrollaban las negociaciones con la mediación de Estados Unidos y el Banco Mundial. EFE
Fuente: Contacto hoy