Chuquiago (Bolivia), 9 nov (EFE).- “¿Dónde está Evo? ¿A qué hora llega Evo? ¡Queremos ver a Evo!” son las expresiones más repetidas por los miles de bolivianos que aguardan al expresidente Evo Morales a lo largo de la ruta de su gira de retorno a Bolivia, una caravana que comenzó este lunes y que recorrerá el país en tres intensos días.
La expectación es máxima ante el regreso del exmandatario a su país, tras casi un año fuera después de su abrupta marcha con la que rompió casi 14 años consecutivos como presidente al denunciar un golpe de Estado en su contra mientras cobraban fuerza las denuncias de un fraude electoral a su favor.
Su repentina salida del país casi en secreto y el año que ha pasado acogido entre México y Argentina no le han hecho perder al expresidente boliviano ni un ápice de las pasiones que levanta su figura especialmente en regiones rurales de Bolivia, donde es un auténtico fenómeno de masas.
Por eso, comunidades enteras de campesinos indígenas de las zonas más humildes del país salieron a la carretera con camisetas con el rostro de Morales, la wiphala y las banderas de Bolivia y del Movimientos Al Socialismo (MAS), el partido del expresidente que el domingo recuperó el Gobierno.
Desde bien temprano saludaban y jaleaban cualquier automóvil que pasara por sus posiciones con la esperanza de que, tras varias horas de espera bajo un intenso sol, Evo estuviera en alguno de ellos y les mandara por lo menos un fugaz saludo desde el automóvil.
“Se nota, se siente, Evo está presente”, cantaban los acólitos del Morales en los automóviles mientras la caravana avanzaba por valles, montañas y mesetas del altiplano boliviano.
PROTESTAS EN EL CAMINO
Sin embargo no fue fácil ubicar el vehículo donde iba el líder aimara, pues la caravana, que en un principio estaba compuesta por unos 800 vehículos, según los organizadores, tuvo que variar e improvisar una ruta alterna a la prevista.
Después de salir de Villazón, donde el expresidente tuvo un recibimiento multitudinario, colorido y festivo con miles de simpatizantes aguardando a que cruzase a pie la frontera con Argentina, la caravana puso rumbo a Tupiza, su primera parada, pero los accesos a esa ciudad estaban bloqueados.
Una protesta en reclamo de unas ayudas sociales obligó a cambiar el itinerario y a buscar rutas alternativas por caminos de tierra propios del rally Dakar que pasaba por estas tierras hace tan solo tres años, con tal de rodear Tupiza y seguir camino al norte.
Eso hizo que la caravana que había salido en fila desde Villazón se dividiese y resultase casi una labor de detective para los seguidores que aguardaban al expresidente saber si ya había pasado delante de ellos, si todavía no había llegado o si finalmente no pasaría porque se había desviado por una ruta alterna.
APOYO INCONDICIONAL
Así les ocurrió a los habitantes de Chuquiago, una comunidad campesina cercana a Villazón que esperaba con mucho regocijo y paciencia a ver al expresidente e incluso guiaban a los automóviles por un camino de herradura para evitar los bloqueos en Tupiza.
“Hace dos o tres horas que estamos esperando a nuestro expresidente. Estamos aquí toda la vecindad de nuestro pueblo. Todos somos agricultores. Siempre le hemos apoyado, desde el 2006 que entró como presidente”, comentó a Efe Herminia Villena, una de las campesinas de la comunidad de Chuquiago, que portaba una bandera con el rostro de Evo.
“Nosotros los campesinos siempre estamos apoyándolo y estoy contenta de que haya vuelto porque hemos sufrido cuando a él lo han sacado”, agregó Villena, quien ha hecho suya la versión del mismo expresidente de que su marcha del país fue a causa de un golpe de Estado.
Hasta los habitantes de los caseríos más aislados de las rutas alternas que atravesaba la caravana salieron al paso de los vehículos para compartir la alegría de tener a Evo de nuevo de vuelta en el país, pese a que no tuviesen la suerte de verlo en persona.
DESTINO FINAL: EL CHAPARE
Esta primera jornada de la gira de retorno de Morales está previsto que termine en Uyuni, la ciudad del turístico salar más conocido del mundo, para proseguir el martes hacia Oruro, donde se espera que el exmandatario pase por Orinoca, el pueblo en las cercanías del lago Poopó que le vio nacer hace 61 años.
El último día será probablemente el más emotivo del recorrido, pues el exgobernante de Bolivia llegará el miércoles 11 de noviembre a Chimoré, el mismo lugar y el mismo día que supuso su marcha del país ahora hace un año, en un avión de las Fuerza Aérea Mexicana que lo sacó del país tras denunciar que era forzado a renunciar a la Presidencia.
Chimoré en la provincia del Chapare, y dentro de la región conocida como el Trópico de Cochabamba, es uno de los bastiones de Morales, uno de los principales enclaves cocaleros de Bolivia desde donde la figura política del expresidente surgió a partir de la lucha sindical.
Ahora se prevé que fije allí precisamente su residencia, con el objetivo de volver a sus orígenes una vez que regresó al país por primera vez ya no como presidente en 14 años, pero con la tranquilidad de saber que su partido sigue fuerte, gracias a que su exministro de Economía, Luis Arce, será el mandatario para los próximos
Fuente: Contacto hoy