Buenos Aires. Manejar las cuentas y los negocios de Diego Maradona, fallecido este miércoles a los 60 años, fue una misión delicada para apoderados que eran sus amigos hasta que la relación se rompía con discusiones y peleas ventiladas en los medios.
El Pelusa tuvo fuertes ganancias en su carrera, pero las sumas suenan casi ridículas comparadas con el dinero que embolsa actualmente un deportista de élite.
Al final del camino no sufría necesidades económicas, pero su herencia lejos estaba de reflejar el esplendor de la trayectoria. El astro se quejaba de las malas administraciones de sus sucesivos representantes, Jorge Cyterszpiller y Guillermo Cóppola.
Fuente: La jornada