laserinformativo.com.mx

Rapidez, objetividad, imparcialidad, veracidad… Toda la información en un solo sitio!

INTERNACIONAL

Desde el Brexit hasta el partygate: las polémicas que llevaron a Boris Johnson a renunciar como primer ministro

Los escándalos y polémicas que llevaron a Boris Johnson a presentar su renuncia como primer ministro del Reino Unido
Foto: Shutterstock

Boris Johnson, uno de los personajes más polémicos en la historia de la monarquía constitucional del Reino Unido, presentó este jueves su renuncia al cargo como primer ministro, el cual ocupó desde 2019 y luego de tres años se vio obligado a hacerse a un lado tras perder credibilidad dentro de su gabinete y verse envuelto en numerosos escándalos.

Alexander Boris de Pfeffel Johnson, mejor conocido como Boris Johnson, renunció hoy al cargo que llegó a ocupar el 24 de julio de 2019. Previo al histórico acontecimiento que lo orilló a dimitir al máximo puesto en el Gobierno británico, el también periodista ya acumulaba capítulos polémicos desde sus comienzos.

Johnson, antes de iniciar en el mundo de la política, trabajó como periodista para el diario británico “The Times”, del cual fue despedido por falsificar una cita y posteriormente fue columnista del “Telegraph”. Más tarde fue director entre 1999 y 2005 de la revista conservadora “The Spectator”, donde recibió críticas por indisciplina laboral y comentarios racistas, clasistas y sexistas.

En los años siguientes se alejó del periodismo y fue escalando en el mundo político, hasta que entre 2008 y 2016 se convirtió en alcalde de LondresJohnson abanderó la campaña de la salida del país de la Unión Europea en el referéndum de 2016 y fue nombrado por la entonces primera ministra, Theresa May, como ministro de Exteriores, cargo al que dimitió en julio de 2018 por discrepancias con su jefa sobre el Brexit.

Un año más tarde, en 2019, tras la dimisión de May al cargo, Johnson tomó las riendas tras una elección interna del Partido Conservador y el 24 de julio se convirtió en primer ministro, sin saber que al poco tiempo comenzarían las polémicas y los señalamientos que lo hundirían poco a poco.

De julio de 2019 a julio de 2022, Boris Johnson fue cavando su tumba con diversos escándalos que llevaron a los propios integrantes del Partido Conservador a cuestionar su liderazgo. Fue en 2020 cuando el primer ministro comenzó a tambalearse con una serie de fiestas en Downing Street que se realizaron en plena pandemia, cuando el Reino Unido tenía impuestas fuertes restricciones para toda la población.

Fue hasta principios de este año cuando comenzaron a revelarse fotografías e informes sobre los eventos sociales de Johnson, los cuales no dejaron de ser un dolor de cabeza para su administración hasta sus últimos días.

El escándalo conocido como “partygate” indignó a los ciudadanos y puso al mandatario en la mira de una investigación policial de Scotland Yard, que lo multó junto con su esposa, Carrie. Por si fuera poco, una comisión parlamentaria aún tiene pendiente investigar si Johnson mintió deliberadamente al Parlamento cuando tuvo que comparecer en numerosas ocasiones sobre las fiestas de 2020.

Una de las controversias que lo pusieron en jaque fue la investigación de la comisión electoral del Reino Unido, encargada de supervisar la financiación de los partidos, y que abrió una investigación en abril de 2021 para esclarecer de donde procedían los fondos empleados por Johnson y su esposa para redecorar su residencia de Downing Street.

Más de 65 mil euros canalizados a través del Partido Conservador fueron empleados para financiar la suntuosa reforma, ejecutada por la decoradora Lulu Lyttle, en otro turbio escándalo que recibió el nombre de “wallpapergate”, en referencia al empapelado de las paredes.

Otro caso sonado durante su mandato fue el intento por reformar el sistema regulatorio cuando en octubre del año pasado la comisión de estándares parlamentarios halló culpable al diputado conservador Owen Paterson de haber quebrado el código de conducta al haber empleado su posición para beneficiar a dos empresas para las que trabajaba como asesor.

Johnson también se vio afectado por su controvertido exasesor y mano derecha, Dominic Cummings, a quien se le descubrió que estuvo viajando con su familia a casa de sus padres al norte de Inglaterra en medio de las restricciones más duras de la pandemia.

Finalmente, la gota que colmó el vaso llegó el pasado 29 de junio, cuando la prensa británica destapó que el jefe de disciplina del grupo parlamentario conservador, Chris Pincher, “manoseó” a dos colegas masculinos en un club privado, caso que propició que el parlamento dimitiera y que el partido decretara su suspensión.

A los pocos días surgieron nuevas acusaciones de conducta sexual indebida -algunas que se remontaban hasta a hace una década- contra Pincher, que revelaron que Johnson tenía constancia de su existencia cuando lo designó el pasado febrero responsable de disciplina de la formación, pese a haberlo negado inicialmente.

Sus mentiras y su gestión del escándalo le costaron la confianza de Rishi Sunak y Sajid Javid, ahora exministros de Economía y Sanidad, respectivamente, que dimitieron el martes y desencadenaron una oleada de renuncias.

Así, finalmente este jueves Johnson no pudo soportar más con la presión desencadenada por diferentes acusaciones que fueron acompañadas por las renuncias de su gabinete que lo dejaron prácticamente solo, haciendo evidente que tendría que dimitir al cargo de primer ministro.

Johnson, al presentar su dimisión, aseguró sentirse “inmensamente orgulloso” por los logros de su Gobierno, como el Brexit, la crisis de la pandemia y hacer frente a la agresión rusa en Ucrania.

FUENTE: CON INFORMACIÓN DE “LATINUS”.