A raíz de la pandemia, la sociedad mexicana se ha visto en la obligación de modificar muchas de sus rutinas para adecuarse a la nueva normalidad. Uno de los ámbitos donde ha repercutido esta reestructuración de hábitos es la alimentación.
Según varios estudios, la población mexicana ya está adaptando sus hábitos alimenticios para sobrellevar la nueva normalidad. Por ejemplo, el último informe de Mintel Global Consumer detalla que más del 24 % de los consumidores mexicanos ha empezado a limitar su ingesta de carne, decantándose por platillos con predominancia de vegetales.
Asimismo, el informe destaca que hay algunos paradigmas de consumo alimentario que vienen instaurándose significativamente en las comunidades del país. Esto puede entenderse como una importante predisposición para reemplazar ciertos procederes negativos a la hora de comer.
Uno de estos paradigmas es el enfoque saludable de las comidas. Numerosos mexicanos han notado que han subido de peso durante la contingencia sanitaria. El Instituto Mexicano del Seguro Social refiere que, en promedio, los ciudadanos subieron cuatro kilos durante el confinamiento. En respuesta a ello, se observa que varias personas desean recuperar un óptimo estado físico, por lo que han comenzado a darle un enfoque saludable a sus dietas.
Otra de las nuevas costumbres que el informe resalta es el interés de la ciudadanía mexicana por la alimentación veggie. Esto no equivale a decir que hay una gran conversión al veganismo o vegetarianismo. En cambio, significa que la gente está indagando en platillos alternativos y sustanciosos más allá de las comidas tradicionales que consumen.
Empero, más allá de estas tendencias emergentes, es crucial mantener un estándar nutricional en las dietas. Este equilibrio puede hallarse en lo que las disciplinas nutricionistas denominan los 5 grupos básicos de alimentos: granos, verduras, frutas, productos lácteos y proteínas. “Los granos aportan vitaminas A, C y E, además de calcio, sodio, potasio y manganeso”, según Gabriel Roca, articulista en la sección Vitaminas de GuíaDeSuplementos. Asimismo, señala que las verduras y las frutas contribuyen con ácido fólico y antioxidantes. Los productos lácteos son altos en vitamina B12 y fósforo, mientras que las proteínas son proporcionadas por las carnes.
El mencionado estudio de Mintel Global Consumer indica un tercer paradigma más relacionado al consumo ‘indulgente’ frente al estrés causado por la pandemia. Esto significa que muchos mexicanos, principalmente adultos, han comprendido que su estado de ánimo repercute en la elección de su comida y viceversa. Controlar el estrés requiere de una dieta baja en grasas saturadas, azúcares, carbohidratos procesados y alcohol.
Sobre este tema, la Base de Datos Española de Composición de Alimentos expone que el estrés y la ansiedad pueden contrarrestarse con una alimentación basada en frutas y verduras. Asimismo, recomiendan optar por alimentos ricos en magnesio y fibra para aliviar las tensiones musculares y reducir el hambre derivado de la ansiedad.
Fuente: Contacto Hoy
