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Municipio de Durango

Inhiben alarmas vecinales incidencia delictiva rural

Las 16 alarmas vecinales instaladas en el medio rural de Durango han inhibido la incidencia delictiva y el acoso callejero, ya que junto con la organización de los vecinos se han reducido las emergencias, según lo dio a conocer la directora del Instituto Municipal de la Mujer (IMM) Patricia Alanís Quiñones.

Con el apoyo del Presidente Jorge Salum del Palacio y la gestión de la Dirección Municipal de Fomento Económico ante las mujeres empresarias, las comunidades rurales cuentan con esta herramienta para generar un entorno de seguridad y libre de cualquier tipo de violencia en sus calles, afirmó.

Explicó que las alarmas vecinales actúan con el mismo principio de silbato rosa, sólo que el sonido es mucho más potente y alerta a varias cuadras a la redonda; también están equipadas con una potente luz, así responden ante cualquier emergencia.

Esta herramienta se instaló primordialmente en los Comités Mujeres Constructoras de Paz (MUCPAZ) ubicados en zonas rurales, para cubrir donde el botón de pánico físico no logra llegar, debido a la carencia de requerimientos, principalmente de la fibra óptica para el funcionamiento de la cámara de videovigilancia, precisó.

A la par, dijo la funcionaria municipal, la atención a la mujer rural ha sido constante con los servicios itinerantes de asesoría jurídica y atención psicológica, pláticas y talleres que nutren de información a la comunidad en la identificación de la violencia y su denuncia oportuna.

Más de 200 personas se han atendido con talleres y pláticas sobre derechos humanos, perspectiva de género, manejo de emociones, comunicación asertiva y el programa Durango a pasos iguales.

Se han visitado poblados como Plan de Ayala, Héroes de Nacozari, Morcillo, Dolores Hidalgo, Independencia y Libertad, Rodríguez Puebla, Promotores Sociales, Garabitos, 5 de Febrero, entre otros.
Con este acercamiento, se han detectado problemas de depresión y violencia psicológica, ya que la mayoría de las mujeres en la zona rural la han normalizado en la familia, no la identifican como tal, incluso desde el noviazgo.